En lo que se refiere a las infiltraciones de sus militantes en diferentes centros educativos, cabe recordar que en setiembre del año pasado, fueron capturados ocho maestros de ideología senderista en zonas de Lima, Junín, San Martín, Cuzco, La Libertad y Piura, dos de los cuales, inclusive, eran directores de colegios. Del mismo modo, se están infiltrando en las rondas campesinas de Ayacucho, Huanuco y Lambayeque, ante el abandono en que se encuentran las zonas rurales por parte del gobierno. Recordemos también que en el mes marzo de este año, han sido capturados mandos medios de Sendero Luminoso que lograron infiltrarse en los grupos de dirigentes de los caseríos rurales del distrito de Olmos, en la sierra de Lambayeque.
En el campo judicial, muchos terroristas que se encuentran en prisión, están efectuando intensas campañas de actividad propagandística e interponiendo diversas acciones de hábeas corpus contra el Estado, con el apoyo de organizaciones no gubernamentales pro derechos penitenciarios de acusados por terrorismo, tanto en forma personal como mancomunada, arguyendo que sus detenciones son ilegales, tratando de influir en la opinión pública nacional y buscando apoyo en organismos internacionales de derechos humanos.
En este contexto, el gobierno actual no cuenta con una estrategia integral antisubversiva, por lo que se ve obligado en forma permanente, a través de resoluciones supremas, a extender continuamente por períodos de 60 días los estados de emergencia en diferentes provincias y distritos pertenecientes a las regiones de Ayacucho, Huancavelica, Cuzco y Junín, tal como acaba de ampliarlo, a partir del 19 de marzo, disponiendo que las Fuerzas Armadas continúen asumiendo el control interno.
El gobierno debería implementar con carácter urgente una estrategia integral antisubversiva, con el fin de evitar que en el mediano plazo se reinicie en nuestro país la lucha armada con nuevas y mayores acciones de violencia, la cual debería contemplar como principales las siguientes acciones:
a) El crecimiento de la presencia del Estado en dichas zonas, especialmente en las áreas rurales;
b) El incremento sustancial de las acciones de desarrollo;
c) El aumento del presupuesto a las bases contrasubversivas para mejorar su equipamiento y armamento y además que le permita intensificar las operaciones militares especiales;
d) La adecuación de contramedidas que contrarresten la infiltración ideológica subversiva de los elementos terroristas en los diferentes campos y sectores de la población;
e) El acercamiento y apoyo a los comités de autodefensa de las rondas campesinas, tanto en el aspecto técnico, así como en el mejoramiento del estado de su armamento;
f) El impulso de una adecuada y eficiente inteligencia estratégica y de combate.
En el campo judicial, muchos terroristas que se encuentran en prisión, están efectuando intensas campañas de actividad propagandística e interponiendo diversas acciones de hábeas corpus contra el Estado, con el apoyo de organizaciones no gubernamentales pro derechos penitenciarios de acusados por terrorismo, tanto en forma personal como mancomunada, arguyendo que sus detenciones son ilegales, tratando de influir en la opinión pública nacional y buscando apoyo en organismos internacionales de derechos humanos.
En este contexto, el gobierno actual no cuenta con una estrategia integral antisubversiva, por lo que se ve obligado en forma permanente, a través de resoluciones supremas, a extender continuamente por períodos de 60 días los estados de emergencia en diferentes provincias y distritos pertenecientes a las regiones de Ayacucho, Huancavelica, Cuzco y Junín, tal como acaba de ampliarlo, a partir del 19 de marzo, disponiendo que las Fuerzas Armadas continúen asumiendo el control interno.
El gobierno debería implementar con carácter urgente una estrategia integral antisubversiva, con el fin de evitar que en el mediano plazo se reinicie en nuestro país la lucha armada con nuevas y mayores acciones de violencia, la cual debería contemplar como principales las siguientes acciones:
a) El crecimiento de la presencia del Estado en dichas zonas, especialmente en las áreas rurales;
b) El incremento sustancial de las acciones de desarrollo;
c) El aumento del presupuesto a las bases contrasubversivas para mejorar su equipamiento y armamento y además que le permita intensificar las operaciones militares especiales;
d) La adecuación de contramedidas que contrarresten la infiltración ideológica subversiva de los elementos terroristas en los diferentes campos y sectores de la población;
e) El acercamiento y apoyo a los comités de autodefensa de las rondas campesinas, tanto en el aspecto técnico, así como en el mejoramiento del estado de su armamento;
f) El impulso de una adecuada y eficiente inteligencia estratégica y de combate.
Publicado en el diario EXPRESO, fecha 20 de abril de 2005