Quienes postulan que los aspectos de seguridad nacional no deben interferir en el mercado libre se fundamentan, en forma equivocada, en que no podemos negar el ingreso de inversión al Perú, venga de donde venga, sin importar el país de procedencia. Sabemos que nuestro país necesita de inversiones privadas para aumentar los niveles de desarrollo y remontar la pobreza y el desempleo; igualmente, que nuestros puertos requieren de inversiones privadas significativas, ya que tienen un retraso de 40 años en relación al desarrollo portuario mundial; sin embargo, cuando se examina la posibilidad de concesionar o privatizar nuestros puertos o aeropuertos, por tratarse de un asunto relacionado a nuestra seguridad e intereses nacionales, debe analizarse también los aspectos geopolíticos y nuestra perspectiva histórica.
En el caso específico de nuestros puertos, es manifiesto el interés que tienen los grupos empresariales chilenos de obtener su concesión. Actualmente tres consorcios chilenos a través de sus diferentes empresas, han copado la administración de servicios portuarios y de almacenes de la mayoría de nuestros puertos. Además de esto, TISUR, empresa del grupo CLARO el año 1999, como único postor, tomó en concesión el puerto de Matarani por un período de 30 años (hasta el año 2029), a un precio de US$ 9 millones, con un compromiso de inversión de sólo US$ 5 millones en 15 años, es decir, toda una ganga. De la misma forma, la empresa TRANSOCEÁNICA del grupo VON APPEN adquirió en 1993 de PETROPERÚ cinco buques cuyo contrato condicionaba que estas mismas unidades tengan la exclusividad de efectuar el 100% del servicio de cabotaje (transporte interno entre puertos nacionales), lo cual afecta la seguridad del país. Estos buques chilenos movilizan anualmente en nuestros puertos estratégicos un volumen de 6 a 7 de millones de toneladas de hidrocarburos y facturan alrededor de US $ 30 millones.
El Perú tiene una ubicación geopolítica importante, ya que su posición en la región central de América del Sur le brinda la posibilidad de ser el acceso principal hacia la Cuenca del Pacífico de países como Brasil, Bolivia, Argentina, Paraguay y Uruguay. En este sentido, el Perú tiene comunicación estratégica directa con cuatro Cuencas Internacionales (Pacífico, Orinoco, Amazonas y del Plata) además de la Antártida. Chile, siempre ha competido con nuestros puertos del sur con la finalidad de atraer el flujo comercial de Brasil y Bolivia.
Nuestro eje Tacna-Ilo-Matarani, compite con el eje Antofagasta-Iquique-Arica, como terminales marítimos de los corredores desde el Atlántico hacia la Cuenca del Pacífico. Sobre la concesión de nuestros puertos a empresas chilenas debemos necesariamente tener en cuenta la escandalosa carrera armamentista de ese país con adquisiciones de armamento netamente ofensivo y de guerra; considerar su vergonzosa actuación en la venta de armas a Ecuador durante la guerra del Cenepa, siendo garante, y asimismo, tener presente el tema de la delimitación marítima. Por lo expuesto, considero que la comisión de Transportes del Congreso y la comisión formada por el Consejo de Ministros para ver las bases del proceso deberían, de acuerdo a lo indicado en el Art. 73° de nuestra constitución, aprobar la restricción de los capitales chilenos para presentarse a la licitación internacional durante el proceso de concesión de nuestros puertos.
Publicado en el diario EXPRESO, fecha 3 de mayo de 2005
En el caso específico de nuestros puertos, es manifiesto el interés que tienen los grupos empresariales chilenos de obtener su concesión. Actualmente tres consorcios chilenos a través de sus diferentes empresas, han copado la administración de servicios portuarios y de almacenes de la mayoría de nuestros puertos. Además de esto, TISUR, empresa del grupo CLARO el año 1999, como único postor, tomó en concesión el puerto de Matarani por un período de 30 años (hasta el año 2029), a un precio de US$ 9 millones, con un compromiso de inversión de sólo US$ 5 millones en 15 años, es decir, toda una ganga. De la misma forma, la empresa TRANSOCEÁNICA del grupo VON APPEN adquirió en 1993 de PETROPERÚ cinco buques cuyo contrato condicionaba que estas mismas unidades tengan la exclusividad de efectuar el 100% del servicio de cabotaje (transporte interno entre puertos nacionales), lo cual afecta la seguridad del país. Estos buques chilenos movilizan anualmente en nuestros puertos estratégicos un volumen de 6 a 7 de millones de toneladas de hidrocarburos y facturan alrededor de US $ 30 millones.
El Perú tiene una ubicación geopolítica importante, ya que su posición en la región central de América del Sur le brinda la posibilidad de ser el acceso principal hacia la Cuenca del Pacífico de países como Brasil, Bolivia, Argentina, Paraguay y Uruguay. En este sentido, el Perú tiene comunicación estratégica directa con cuatro Cuencas Internacionales (Pacífico, Orinoco, Amazonas y del Plata) además de la Antártida. Chile, siempre ha competido con nuestros puertos del sur con la finalidad de atraer el flujo comercial de Brasil y Bolivia.
Nuestro eje Tacna-Ilo-Matarani, compite con el eje Antofagasta-Iquique-Arica, como terminales marítimos de los corredores desde el Atlántico hacia la Cuenca del Pacífico. Sobre la concesión de nuestros puertos a empresas chilenas debemos necesariamente tener en cuenta la escandalosa carrera armamentista de ese país con adquisiciones de armamento netamente ofensivo y de guerra; considerar su vergonzosa actuación en la venta de armas a Ecuador durante la guerra del Cenepa, siendo garante, y asimismo, tener presente el tema de la delimitación marítima. Por lo expuesto, considero que la comisión de Transportes del Congreso y la comisión formada por el Consejo de Ministros para ver las bases del proceso deberían, de acuerdo a lo indicado en el Art. 73° de nuestra constitución, aprobar la restricción de los capitales chilenos para presentarse a la licitación internacional durante el proceso de concesión de nuestros puertos.
Publicado en el diario EXPRESO, fecha 3 de mayo de 2005