
Nuestro país, haciendo uso de su facultad soberana, ha concluido con su trazado, y el proyecto de ley correspondiente, presentado por el Ejecutivo, ha sido aprobado por las Comisiones de RREE y de Constitución del Congreso, y asimismo, debatido y aprobado en le pleno del Congreso el día jueves 10 del presente.
En Chile, han señalado con una nota de protesta, que no es aceptable y carece de todo efecto jurídico para el Gobierno chileno, lo cual ha sido respondido por la Cancillería peruana en el sentido que el Perú, en un acto soberano, no admite interferencia de terceros Estados.
Lo cierto es que, a pesar de las últimas acciones y declaraciones destempladas y fuera de lugar de los actores políticos chilenos, ellos saben conscientemente que no han celebrado ningún tratado específico con el Perú que establezca nuestros límites marítimos y, de manera unilateral, vienen aplicando el paralelo geográfico, lo cual es absolutamente inequitativo para nuestros intereses ya que nos limita el uso de 60,460 Km2 de nuestro mar, donde existen millones de toneladas de biomasa pesquera y de riquezas naturales.
Con nuestras líneas de base promulgadas, debería corresponder la delimitación marítima aplicando la línea media, la cual es construida a través de los puntos salientes de las líneas de base más próximas de los Estados con costas adyacentes de diferente configuración.
En el caso de que nuestro país decida acogerse al Pacto de Bogotá, el cual nos da acceso para acudir a la Corte Internacional de Justicia de la Haya, la preocupación de Chile radica en que tanto en el Derecho del Mar, en el Derecho consuetudinario así como en la interpretación de los tribunales - que han fallado en casos de delimitaciones marítimas entre países en controversia - se considera el principio de equidad como elemento prevaleciente y decisivo en esta materia.
Publicado en la revista 5to.PODER, fecha 6 de noviembre de 2005