En la relación trilateral entre Bolivia, Chile y Perú existen asuntos de carácter geopolítico marítimo que empañan permanentemente la armonía vecinal y las relaciones de entendimiento y estabilidad.
Es así que Bolivia, desde la suscripción del Tratado de Paz y Amistad con Chile, en 1904, perdió su acceso al mar. Los bolivianos juzgan que la afectación, frustración y retrazo económico que sufre su país se debe en gran parte a este problema, motivo por el cual mantienen rotas sus relaciones diplomáticas desde 1962 hasta la fecha, con un paréntesis entre 1975 y 1978 cuando los Presidentes Banzer y Pinochet negociaron una salida al mar de Bolivia, la cual fracasó.
En los últimos años, la tendencia geopolítica de Bolivia para lograr su salida al mar ha sido recurrente. Han efectuado intensas campañas ante la comunidad internacional utilizando organismos, foros, conferencias, asambleas y buscando respaldo de países y organizaciones internacionales.
Por su lado, el Perú, desde 1954, mantiene una controversia de delimitación marítima con Chile por haber aplicado unilateralmente la demarcación de sus aguas territoriales sobre la base del paralelo geográfico, sin existir un tratado de límites específico. En julio del 2004, después de más de 50 años, el Perú tomó la decisión de afrontarla, solicitándole oficialmente a Chile iniciar las negociaciones para su solución y, posteriormente, en noviembre de 2005, el Congreso aprobó la Ley 13905/2005-PE sobre las Líneas de Base del Dominio Marítimo. Ambos pasos fundamentales para presentar esta controversia ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya (CIJ).
Chile, por su parte, ha demostrado una permanente posición intransigente y arrogante con ambos países, donde ha predominado su rotunda negativa al diálogo y además, se ha involucrado en una agresiva adquisición de armamento, rompiendo el equilibrio estratégico en la región.
Sin embargo, en el 2006, con los cambios de gobierno en los tres países, se presentan ciertas condiciones que indicarían que el tema geopolítico marítimo podría tomar nuevos rumbos. Chile presenta una grave escasez de gas natural que afecta su abastecimiento energético por lo que requiere urgentemente de suministro adicional desde Bolivia o Perú; de allí su premura con la que trata de impulsar el anillo energético entre Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Perú y Uruguay.
En Bolivia, Evo Morales, quien asumirá la presidencia el 22 de Enero, ha condicionado cualquier acercamiento con Chile al tema de su salida al mar a través de un diálogo. Ha sido muy tajante: “Si Chile quiere diplomacia, gas y comercio, tiene que haber mar para Bolivia”. En Chile, el presidente, el canciller y los dos candidatos presidenciales, han manifestado su intención de buscar “un diálogo sin exclusiones” con Bolivia.
El Perú, en el caso de la delimitación marítima con Chile, tiene sólidos fundamentos jurídicos y se prepara para llevar esta controversia ante la CIJ.
Del presente análisis, se desprende que existe la posibilidad que Chile negocie con Bolivia su salida al mar y, si se tratara de un corredor por Arica, el tratado de 1929 entre Perú y Chile establece que cualquier cesión de Chile a Bolivia, a través de territorios que fueron peruanos, debe ser aprobada por el Perú.
Es así que Bolivia, desde la suscripción del Tratado de Paz y Amistad con Chile, en 1904, perdió su acceso al mar. Los bolivianos juzgan que la afectación, frustración y retrazo económico que sufre su país se debe en gran parte a este problema, motivo por el cual mantienen rotas sus relaciones diplomáticas desde 1962 hasta la fecha, con un paréntesis entre 1975 y 1978 cuando los Presidentes Banzer y Pinochet negociaron una salida al mar de Bolivia, la cual fracasó.
En los últimos años, la tendencia geopolítica de Bolivia para lograr su salida al mar ha sido recurrente. Han efectuado intensas campañas ante la comunidad internacional utilizando organismos, foros, conferencias, asambleas y buscando respaldo de países y organizaciones internacionales.
Por su lado, el Perú, desde 1954, mantiene una controversia de delimitación marítima con Chile por haber aplicado unilateralmente la demarcación de sus aguas territoriales sobre la base del paralelo geográfico, sin existir un tratado de límites específico. En julio del 2004, después de más de 50 años, el Perú tomó la decisión de afrontarla, solicitándole oficialmente a Chile iniciar las negociaciones para su solución y, posteriormente, en noviembre de 2005, el Congreso aprobó la Ley 13905/2005-PE sobre las Líneas de Base del Dominio Marítimo. Ambos pasos fundamentales para presentar esta controversia ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya (CIJ).
Chile, por su parte, ha demostrado una permanente posición intransigente y arrogante con ambos países, donde ha predominado su rotunda negativa al diálogo y además, se ha involucrado en una agresiva adquisición de armamento, rompiendo el equilibrio estratégico en la región.
Sin embargo, en el 2006, con los cambios de gobierno en los tres países, se presentan ciertas condiciones que indicarían que el tema geopolítico marítimo podría tomar nuevos rumbos. Chile presenta una grave escasez de gas natural que afecta su abastecimiento energético por lo que requiere urgentemente de suministro adicional desde Bolivia o Perú; de allí su premura con la que trata de impulsar el anillo energético entre Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Perú y Uruguay.
En Bolivia, Evo Morales, quien asumirá la presidencia el 22 de Enero, ha condicionado cualquier acercamiento con Chile al tema de su salida al mar a través de un diálogo. Ha sido muy tajante: “Si Chile quiere diplomacia, gas y comercio, tiene que haber mar para Bolivia”. En Chile, el presidente, el canciller y los dos candidatos presidenciales, han manifestado su intención de buscar “un diálogo sin exclusiones” con Bolivia.
El Perú, en el caso de la delimitación marítima con Chile, tiene sólidos fundamentos jurídicos y se prepara para llevar esta controversia ante la CIJ.
Del presente análisis, se desprende que existe la posibilidad que Chile negocie con Bolivia su salida al mar y, si se tratara de un corredor por Arica, el tratado de 1929 entre Perú y Chile establece que cualquier cesión de Chile a Bolivia, a través de territorios que fueron peruanos, debe ser aprobada por el Perú.
El futuro gobierno peruano tendría que condicionar dicha aprobación a una solución previa de nuestra delimitación con Chile o al veredicto de la CIJ, caso contrario, la salida de Bolivia, desde el corredor hacia el mar, estaría proyectándose hacia el territorio marítimo en controversia, el cual nos pertenece y hace más de 50 años está siendo usufructuado por Chile.
Publicado en el diario EXPRESO, fecha 5 de enero de 2006
Publicado en el diario EXPRESO, fecha 5 de enero de 2006