A dos meses para las elecciones presidenciales, nuevamente se ha abierto el debate sobre el tema de las inversiones chilenas en nuestros puertos. Es positivo y promisorio para los intereses nacionales que entre los candidatos a la presidencia con mayores posibilidades, exista consenso en considerar inconveniente que capitales chilenos controlen o administren los puertos peruanos, sin embargo, existen muchas opiniones contrarias. Recordemos que el 3 de mayo de 2005, la Comisión de Transportes y Comunicaciones del Congreso aprobó, por unanimidad, el proyecto de ley N° 27943, que impide a inversionistas de países vecinos participar en procesos de concesión de puertos y aeropuertos, el cual, fue rechazado ipso facto por el ex ministro de Economía y actual primer Ministro Pedro Pablo Kuczynski porque, según él, no se puede limitar la inversión extranjera por ninguna razón, considerando además anticonstitucional mezclar la política con las relaciones comerciales.
También coinciden con él algunos empresarios y economistas de pensamiento neoliberal, quienes consideran que por la globalización no debe existir nacionalidad en materia de inversión y el capital debe ser bienvenido, venga de donde venga. Quienes piensan así, deberían reflexionar que la inversión en nuestros puertos tiene diferentes características e implicancias que otras actividades económicas debido a factores de carácter geopolítico, estratégico, de seguridad, de perspectiva histórica y, particularmente, por el alto nivel de competencia portuaria regional. El Perú tiene la mejor ubicación geopolítica marítima en América del sur y además, tiene comunicación directa con 4 cuencas (Pacífico, Orinoco, Amazonas y del Plata), lo cual nos brinda la posibilidad de posicionar al puerto del Callao como puerto “hub” o “pivote” (mayor centro portuario de transito y trasbordo de cargas en una región).
La prioridad actual de Chile es convertirse en el acceso marítimo principal del comercio internacional, por lo tanto, sus empresarios navieros están muy interesados en la concesión del puerto del Callao, quienes, de obtenerla, no permitirían su proyección portuaria ya que compite directamente con su puerto de Mejillones. Así tenemos que el 17 de junio pasado, Sven Von Appen, presidente del grupo chileno Von Appen, manifestó su interés en el puerto del Callao porque “se asoma como el más atractivo del Pacífico”. Del mismo modo, hace pocos días, el 27 de enero, Beltrán Urenda, presidente del Holding Empresas Navieras chilenas, ha asegurado que siguen empeñados en participar en la licitación del puerto del Callao porque "el Perú es una plaza muy importante para sus empresas navieras". Esta estrategia chilena de acceder a nuestros puertos para evitar la competencia está en marcha. El grupo chileno Claro, asociado al grupo peruano Romero, ya tiene en concesión por 30 años, hasta el 2029, nuestro puerto de Matarani, que es competidor del puerto chileno de Arica. Asimismo, diferentes grupos chilenos administran actualmente el 70% de los servicios portuarios de nuestros puertos y operan casi el 100% del transporte marítimo de cabotaje de combustible, lo que, además, atenta contra nuestra seguridad nacional. Debemos evitar en nuestros puertos la participación de empresas y/o grupos económicos que administren, sean concesionarios o tengan intereses vinculados a otros puertos del Pacífico Sur.
Como política de Estado, uno de nuestros principales objetivos nacionales debería ser la modernización integral del servicio portuario nacional y la conversión del puerto del Callao en puerto “hub”, con el fin de lograr un sistema competitivo y proyectado capaz de garantizar la demanda portuaria nacional y regional.
Publicado en el diario EXPRESO, fecha 2 de febrero de 2006
También coinciden con él algunos empresarios y economistas de pensamiento neoliberal, quienes consideran que por la globalización no debe existir nacionalidad en materia de inversión y el capital debe ser bienvenido, venga de donde venga. Quienes piensan así, deberían reflexionar que la inversión en nuestros puertos tiene diferentes características e implicancias que otras actividades económicas debido a factores de carácter geopolítico, estratégico, de seguridad, de perspectiva histórica y, particularmente, por el alto nivel de competencia portuaria regional. El Perú tiene la mejor ubicación geopolítica marítima en América del sur y además, tiene comunicación directa con 4 cuencas (Pacífico, Orinoco, Amazonas y del Plata), lo cual nos brinda la posibilidad de posicionar al puerto del Callao como puerto “hub” o “pivote” (mayor centro portuario de transito y trasbordo de cargas en una región).
La prioridad actual de Chile es convertirse en el acceso marítimo principal del comercio internacional, por lo tanto, sus empresarios navieros están muy interesados en la concesión del puerto del Callao, quienes, de obtenerla, no permitirían su proyección portuaria ya que compite directamente con su puerto de Mejillones. Así tenemos que el 17 de junio pasado, Sven Von Appen, presidente del grupo chileno Von Appen, manifestó su interés en el puerto del Callao porque “se asoma como el más atractivo del Pacífico”. Del mismo modo, hace pocos días, el 27 de enero, Beltrán Urenda, presidente del Holding Empresas Navieras chilenas, ha asegurado que siguen empeñados en participar en la licitación del puerto del Callao porque "el Perú es una plaza muy importante para sus empresas navieras". Esta estrategia chilena de acceder a nuestros puertos para evitar la competencia está en marcha. El grupo chileno Claro, asociado al grupo peruano Romero, ya tiene en concesión por 30 años, hasta el 2029, nuestro puerto de Matarani, que es competidor del puerto chileno de Arica. Asimismo, diferentes grupos chilenos administran actualmente el 70% de los servicios portuarios de nuestros puertos y operan casi el 100% del transporte marítimo de cabotaje de combustible, lo que, además, atenta contra nuestra seguridad nacional. Debemos evitar en nuestros puertos la participación de empresas y/o grupos económicos que administren, sean concesionarios o tengan intereses vinculados a otros puertos del Pacífico Sur.
Como política de Estado, uno de nuestros principales objetivos nacionales debería ser la modernización integral del servicio portuario nacional y la conversión del puerto del Callao en puerto “hub”, con el fin de lograr un sistema competitivo y proyectado capaz de garantizar la demanda portuaria nacional y regional.
Publicado en el diario EXPRESO, fecha 2 de febrero de 2006