Artículos de opinión de Alfredo Palacios Dongo

LEY RESERVADA DEL COBRE Y CARRERA ARMAMENTISTA DE CHILE

Actualmente en Chile está en el debate político la derogación de la “Ley Reservada del Cobre” que aporta los fondos para la adquisición de armamento. La ex canciller y senadora Soledad Alvear ha manifestado que estos fondos deberían destinarse a otras áreas sensibles, pero fue inmediatamente refutada por José Antonio Ferro, coordinador de la comisión técnica de Defensa de la presidencia y por otros analistas. Este tema no es nuevo en Chile, sino más bien recurrente, ya que ha formado parte de los programas de gobierno de los tres presidentes de la Concertación y existen proyectos de ley tendientes a derogarla, sin embargo, nunca ha podido concretarse pese a que sólo se necesita quórum simple en el Congreso. El motivo es que, según la mayoría de los actores políticos, se requiere estabilidad y un plan anual de adquisiciones de armamento. La presidenta Michelle Bachelet también apoya la inversión en defensa, manifestando que “no hay desarrollo sin seguridad”.

La ley reservada del cobre 13196 de 1958 y el DL 1530 de 1976 se modificaron en el gobierno militar con las leyes 18445 de 1985 y 19628 de 1987, que disponen que la Corporación Nacional del Cobre (Codelco) entregue al Consejo Superior de Defensa Nacional (Consudena) el 10% del valor de las exportaciones de cobre en cuentas secretas, con contabilizaciones reservadas y para las compras de armas con decretos supremos reservados exentos de toma de razón y refrendación, no permitiéndose conocer o estimar con transparencia los gastos y cantidades reales de armamento.

En el período 2000-2005, según cifras oficiales, esta ley aportó US$ 2,400 millones, fuera del presupuesto de defensa, que ascendió a US$ 9,600 millones (US$ 1,600 millones anuales). Sólo en el primer trimestre 2006, las FF AA ya han recibido por esta ley US$ 227 millones y el monto anual podría exceder los US$ 1,100 millones.

En este contexto, la carrera armamentista chilena ha aumentado en forma exponencial. Ya han adquirido 10 cazabombarderos norteamericanos F-16C/D y 28 holandeses F-16A/B, 1 avión tanquero KC-135R, 2 submarinos Scorpene, 8 fragatas misileras, 2 patrulleras, 118 tanques Leopard II, transportes de tropas, 24 cañones autopropulsados M-109, 20 misiles Harpoon, 100 misiles Seawolf para fragatas, 12 misiles Exocet SM-39 para submarinos y 100 vehículos todoterreno Humvee. Aparte, tienen en proyecto la adquisición de 100 tanques adicionales Leopard II, misiles supersónicos Brahmos, más misiles Harpoon, Seawolf y Exocet, 5 aviones de transporte de tropas y carga A-400M, sistemas de protección antiaérea para tanques, 100 cañones de mediano alcance para los Humvee, 1 avión de entrenamiento y helicópteros avanzados.
Aunque el gobierno chileno se esfuerce en repetir que se trata de renovación de material obsoleto, la realidad demuestra que es una agresiva carrera armamentista, con armas sofisticadas de última tecnología, netamente ofensivas y de potencia altamente destructiva, con lo cual, además, han roto el equilibrio estratégico de la región.

Publicado en el diario EXPRESO, fecha 4 de mayo de 2006

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