Es realmente preocupante la magnitud de impactos contaminantes sobre nuestros ríos justamente cuando la ONU ha declarado la década internacional 2005-2015 como “Agua para la vida”. Lamentablemente, el inicio de esta década coincide con muchos casos de contaminación.
En marzo de 2005, en Cajamarca, se presentó un gran nivel de contaminación de sulfatos, ácidos y óxidos minerales en la provincia de Hualgayoc, provenientes de relaves pasivos mineros (depósitos de residuos de minas abandonadas e inactivas) afectando las cuencas de los ríos Tingo y Maygasbamba. En mayo, en Loreto, donde opera la empresa Pluspetrol, se detectó contaminación de cadmio y plomo en los ríos Corrientes, Chira y Huallaga, zonas donde el 66% de los menores supera los límites permisibles de plomo en la sangre y el 98,65% de cadmio, presentándose además casos de anemia, rinitis y enfermedades respiratorias.
En marzo de 2006, en Puno, en la cuenca del río Ramis los centros mineros de Chaquiminas y Pampa Blanca afectaron 10 mil hectáreas de cultivos en 24 comunidades campesinas. Asimismo, el 4 de julio, se rompieron las paredes de la laguna del depósito de relave del centro minero de la empresa Ciemsa del distrito de Paratía, en Lampa, derramando más de 3 mil m3 de metales pesados y sustancias tóxicas al río Paratia y Unocolla afectando a muchas comunidades. En Cajamarca hace unos días se derramaron al río Pabellón La Quinua, 9,350 galones de petróleo de un camión cisterna, afectando pobladores y matando miles de truchas.
Además, existen problemas muy antiguos que no encuentran solución. En la cuenca del Mantaro, donde se genera cerca del 50% de la energía eléctrica del país, se encuentra contaminado el río Mantaro y el lago Chinchaysoya por abundantes relaves mineros. Las aguas de la cuenca del Rímac están contaminadas por relaves mineros y residuos agrícolas. En la zona del Alto Huallaga, los ríos amazónicos reciben residuos de insumos químicos de la producción de cocaína, ocasionando una cadena de contaminación y envenenamiento.
Según el ministerio de energía y minas, el inventario de relaves pasivos mineros ha aumentado de 611 a 850 y, asimismo, el ministro de la Producción ha manifestado que 16 de los 53 ríos de la costa se encuentran contaminados.
En este contexto, se requiere que el nuevo gobierno, sobre la base del artículo 443 del objetivo 9 de su plan de gobierno 2006-2011 (preservación del medio ambiente, la ecología y los recursos naturales para mejorar la calidad de vida), tome las acciones urgentes para solucionar este problema que constituye un riesgo permanente y potencial para la salud de la población, el ecosistema circundante y la propiedad.
Publicado en el diario EXPRESO, fecha 22 de julio de 2006
En marzo de 2005, en Cajamarca, se presentó un gran nivel de contaminación de sulfatos, ácidos y óxidos minerales en la provincia de Hualgayoc, provenientes de relaves pasivos mineros (depósitos de residuos de minas abandonadas e inactivas) afectando las cuencas de los ríos Tingo y Maygasbamba. En mayo, en Loreto, donde opera la empresa Pluspetrol, se detectó contaminación de cadmio y plomo en los ríos Corrientes, Chira y Huallaga, zonas donde el 66% de los menores supera los límites permisibles de plomo en la sangre y el 98,65% de cadmio, presentándose además casos de anemia, rinitis y enfermedades respiratorias.
En marzo de 2006, en Puno, en la cuenca del río Ramis los centros mineros de Chaquiminas y Pampa Blanca afectaron 10 mil hectáreas de cultivos en 24 comunidades campesinas. Asimismo, el 4 de julio, se rompieron las paredes de la laguna del depósito de relave del centro minero de la empresa Ciemsa del distrito de Paratía, en Lampa, derramando más de 3 mil m3 de metales pesados y sustancias tóxicas al río Paratia y Unocolla afectando a muchas comunidades. En Cajamarca hace unos días se derramaron al río Pabellón La Quinua, 9,350 galones de petróleo de un camión cisterna, afectando pobladores y matando miles de truchas.
Además, existen problemas muy antiguos que no encuentran solución. En la cuenca del Mantaro, donde se genera cerca del 50% de la energía eléctrica del país, se encuentra contaminado el río Mantaro y el lago Chinchaysoya por abundantes relaves mineros. Las aguas de la cuenca del Rímac están contaminadas por relaves mineros y residuos agrícolas. En la zona del Alto Huallaga, los ríos amazónicos reciben residuos de insumos químicos de la producción de cocaína, ocasionando una cadena de contaminación y envenenamiento.
Según el ministerio de energía y minas, el inventario de relaves pasivos mineros ha aumentado de 611 a 850 y, asimismo, el ministro de la Producción ha manifestado que 16 de los 53 ríos de la costa se encuentran contaminados.
En este contexto, se requiere que el nuevo gobierno, sobre la base del artículo 443 del objetivo 9 de su plan de gobierno 2006-2011 (preservación del medio ambiente, la ecología y los recursos naturales para mejorar la calidad de vida), tome las acciones urgentes para solucionar este problema que constituye un riesgo permanente y potencial para la salud de la población, el ecosistema circundante y la propiedad.
Publicado en el diario EXPRESO, fecha 22 de julio de 2006