En menos de seis meses, personal de Guardacostas de EE UU ha capturado frente a nuestras costas, fuera de las 200 millas, dos embarcaciones peruanas con gran cantidad de cocaína de alta pureza abordo. La primera, “Linda Rocío”, el 8 de febrero, con 3 toneladas métricas (TM), la cual fue hundida por sus tripulantes y, la segunda, “Ceci”, el 28 de julio, con 5 TM, la que fue remolcada por el BAP Aguirre hasta el Callao.
Solo cuando ocurren estos espectaculares casos, recién reflexionamos en que somos el segundo país productor de hojas de coca en la región con 50,000 hectáreas anuales, de las cuales, solo requerimos 9,000 y, con el resto (41,000), los cárteles mexicanos y colombianos producen alrededor de 160 TM de cocaína pura, equivalente a casi el 25% del consumo mundial y cuyo valor en EE UU bordea los US$ 16,000 millones, cantidad increíblemente mayor que todo nuestro presupuesto nacional 2006 (US$ 15,300 millones).
Según los principios rectores de la Estrategia Nacional de Lucha contra las Drogas 2002-2007 de la Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas (Devida), el Estado asigna la máxima prioridad al enfrentamiento de este problema, sin embargo, además de conocerse cabalmente toda la cadena de operación del proceso de las drogas, siguen en aumento las áreas de cultivo de hojas de coca, la producción de cocaína y su tráfico vía marítima en embarcaciones que zarpan especialmente de los puertos del Callao, Chimbote o Paita y la transbordan en alta mar a grandes barcos y, asimismo, escondida en contenedores (sólo por el puerto del Callao, salen anualmente 725,000 contenedores sin una adecuada inspección por no contarse con equipos especiales de Rayos X).
Nils Ericsson, a cargo de Devida, señala que el problema pasa por falta de recursos ya que operan con US$ 124 millones (de los cuales, solo 4 aporta el gobierno) indicando que se requieren como mínimo US$ 300 millones o el Perú podría convertirse en un narcoestado, sin embargo, para el congresista aprista Aurelio Pastor, encargado de la transferencia de Devida, esta institución, ha sido totalmente limitada e ineficiente.
En este contexto, es imprescindible que la lucha contra el narcotráfico sea considerada como una política de Estado que incluya el mejoramiento de la calidad de vida y la creación de actividades económicas lícitas y rentables en las zonas cocaleras; la ejecución de políticas eficientes de desarrollo alternativo y erradicación de cocales ilegales; el bloqueo efectivo de insumos químicos para la elaboración de cocaína y, además, el fortalecimiento del sistema y acciones de interdicción, especialmente en la vía marítima, donde el tráfico de drogas es realmente incontenible.
Publicado en el diario EXPRESO, fecha 12 de agosto de 2006
Solo cuando ocurren estos espectaculares casos, recién reflexionamos en que somos el segundo país productor de hojas de coca en la región con 50,000 hectáreas anuales, de las cuales, solo requerimos 9,000 y, con el resto (41,000), los cárteles mexicanos y colombianos producen alrededor de 160 TM de cocaína pura, equivalente a casi el 25% del consumo mundial y cuyo valor en EE UU bordea los US$ 16,000 millones, cantidad increíblemente mayor que todo nuestro presupuesto nacional 2006 (US$ 15,300 millones).
Según los principios rectores de la Estrategia Nacional de Lucha contra las Drogas 2002-2007 de la Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas (Devida), el Estado asigna la máxima prioridad al enfrentamiento de este problema, sin embargo, además de conocerse cabalmente toda la cadena de operación del proceso de las drogas, siguen en aumento las áreas de cultivo de hojas de coca, la producción de cocaína y su tráfico vía marítima en embarcaciones que zarpan especialmente de los puertos del Callao, Chimbote o Paita y la transbordan en alta mar a grandes barcos y, asimismo, escondida en contenedores (sólo por el puerto del Callao, salen anualmente 725,000 contenedores sin una adecuada inspección por no contarse con equipos especiales de Rayos X).
Nils Ericsson, a cargo de Devida, señala que el problema pasa por falta de recursos ya que operan con US$ 124 millones (de los cuales, solo 4 aporta el gobierno) indicando que se requieren como mínimo US$ 300 millones o el Perú podría convertirse en un narcoestado, sin embargo, para el congresista aprista Aurelio Pastor, encargado de la transferencia de Devida, esta institución, ha sido totalmente limitada e ineficiente.
En este contexto, es imprescindible que la lucha contra el narcotráfico sea considerada como una política de Estado que incluya el mejoramiento de la calidad de vida y la creación de actividades económicas lícitas y rentables en las zonas cocaleras; la ejecución de políticas eficientes de desarrollo alternativo y erradicación de cocales ilegales; el bloqueo efectivo de insumos químicos para la elaboración de cocaína y, además, el fortalecimiento del sistema y acciones de interdicción, especialmente en la vía marítima, donde el tráfico de drogas es realmente incontenible.
Publicado en el diario EXPRESO, fecha 12 de agosto de 2006