Artículos de opinión de Alfredo Palacios Dongo

NUESTRO OBJETIVO DEBE SER LA CORTE DE LA HAYA

Antes de iniciar su mandato el presidente Alan García viajó a Chile, en junio 2006, donde le restó prioridad al diferendo de límites, así como a la presentación de nuestra demanda a la Corte Internacional de Justicia de la Haya (CIJ) considerando que una adecuada relación bilateral mejoraría el clima de confianza y podría permitir una solución de tipo directo y diplomático. Esta posición fue interpretada por el ejecutivo chileno como un virtual congelamiento de este tema por parte del nuevo gobierno peruano.

El canciller García Belaúnde, el 3 de octubre manifestó la posibilidad de acudir a la CIJ previa revisión de una serie de estudios jurídicos que estaban por ser presentados, sin embargo, una semana después señaló que una “solución conversada” sería la primera opción del gobierno.

El punto crítico de nuestra relación bilateral se presentó por la ley de creación de la Región de Arica y Parinacota en la que Chile pretendía fijar como límite terrestre el hito 1 en lugar del punto de la Concordia. Al anularse dicha ley, ambos gobiernos cerraron el caso. Posteriormente, el 12 de febrero 2007, tanto el canciller García Belaúnde como el ministro de Defensa Wagner afirmaron que la frontera marítima con Chile no estaba definida, recibiendo la inmediata respuesta del vicecanciller chileno Van Klaveren –durante su visita a Lima– que su país no iba a iniciar conversaciones sobre este asunto.

El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), el chileno José Insulza, declaró durante su reciente visita que esperaba que Perú y Chile puedan resolver sus problemas a través del diálogo, sin embargo, el 8 de agosto 2004, siendo ministro del Interior, manifestó que “Chile no aceptará un eventual pedido del Perú de revisar la actual frontera marítima entre ambos países”.

Aunque hace pocos días el presidente García ha puntualizado que este tema no se soluciona en un día con un discurso ni con presión sino a través de la paciencia de insistir en el diálogo, sin embargo, hemos recibido de Chile más que suficientes y reiteradas muestras de que no le interesa el diálogo, ni el trato directo, conciliación o negociación. La cancillería chilena ya ha expresado oficialmente, mediante nota diplomática de fecha 10 de setiembre 2004, que la delimitación marítima es un asunto “zanjado” y, actualmente acaba de reafirmar que no está en la agenda bilateral.

Por lo expuesto, y, por representar la única alternativa viable para nuestro país, la cancillería debería tomar las acciones necesarias para concluir, en el más breve plazo, los estudios jurídicos sobre el tema con el fin de presentar una demanda debidamente fundamentada a la CIJ, institución que consagra el principio de equidad como elemento preponderante en materia de delimitación marítima entre países.

Publicado en el diario EXPRESO, fecha 17 de febrero de 2007

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