Según la Coalición para la Conservación de las profundidades Marinas (Deep Sea Conservation Coalition, DSCC) –integrada por alrededor de 60 ONG– las zonas de alta mar del Pacífico Sur (fuera de las 200 millas), contienen los últimos y más prístinos ecosistemas de fondo marino.
El Pacífico Sur, conformado por los mares de Perú, Chile, Ecuador y Colombia, además de grandes áreas de aguas distantes en alta mar, representa el 25% de la superficie global oceánica y constituye una de las cinco áreas marinas más extensas, productivas y ricas en biodiversidad del planeta. En estas zonas, flotas pesqueras industriales, principalmente europeas y asiáticas (entre ellas, de Japón, Rusia, España, Noruega y especialmente Nueva Zelanda), mediante pesca de arrastre de fondo destruyen y depredan la biodiversidad de los ecosistemas marinos. Enormes embarcaciones equipadas para tratar y congelar la pesca abordo, usan pesadas redes con rodillos de acero que son arrastrados por el lecho marino devastando arrecifes coralinos, esponjas de mar y especies de peces de crecimiento lento que requieren décadas en alcanzar su edad reproductiva. A pesar de esta situación, no se contaba con una organización regional con competencia legal para regular las actividades de pesca y resguardar las especies y ecosistemas en esta vasta zona marítima del Pacífico Sur.
En este contexto, en mayo pasado se reunieron en el balneario de Reñaca, Chile, representantes de 25 países, entre ellos, Japón, Rusia, EE UU, Australia, China, Nueva Zelanda y los países del Pacífico Sur. Por el Perú asistieron cuatro representantes, dos del ministerio de RR EE., uno del ministerio de la Producción y uno de la Sociedad Nacional de Pesquería.
En este evento se creó la Organización Regional de Administración Pesquera del Pacífico Sur (ORAP-PS) y, entre sus principales acuerdos, se ponen límites para la pesca de arrastre de fondo, a partir del 30 de setiembre 2007, al número de barcos, nivel y capacidad de pesca y su no expansión. Además, a partir del 2010, se establecen medidas para la conservación y manejo para prevenir impactos adversos en los ecosistemas marinos vulnerables.
Estos acuerdos, sin embargo, no incluyen medidas contra la pesca de arrastre de media profundidad que se producen en alta mar adyacente a las 200 millas de los países del Pacífico Sur, la cual se ha incrementado por la mayor actividad de grandes buques factoría europeos y asiáticos que permanecen por largos períodos de hasta 6 meses en el mar, capturando grandes cantidades de recursos vivos, sin discriminar las especies y procesándolos en sus fábricas de abordo.
En este enorme espacio oceánico del Pacífico Sur, que por su diversidad y riqueza es blanco permanente de intereses pesqueros, como países ribereños nos corresponde derechos preferenciales en la alta mar, particularmente en lo que se refiere a recursos altamente migratorios y tranzonales, los que constituyen parte de nuestra fuente de desarrollo y seguridad alimentaria.
Publicado en el diario EXPRESO, fecha 21 de julio de 2007
El Pacífico Sur, conformado por los mares de Perú, Chile, Ecuador y Colombia, además de grandes áreas de aguas distantes en alta mar, representa el 25% de la superficie global oceánica y constituye una de las cinco áreas marinas más extensas, productivas y ricas en biodiversidad del planeta. En estas zonas, flotas pesqueras industriales, principalmente europeas y asiáticas (entre ellas, de Japón, Rusia, España, Noruega y especialmente Nueva Zelanda), mediante pesca de arrastre de fondo destruyen y depredan la biodiversidad de los ecosistemas marinos. Enormes embarcaciones equipadas para tratar y congelar la pesca abordo, usan pesadas redes con rodillos de acero que son arrastrados por el lecho marino devastando arrecifes coralinos, esponjas de mar y especies de peces de crecimiento lento que requieren décadas en alcanzar su edad reproductiva. A pesar de esta situación, no se contaba con una organización regional con competencia legal para regular las actividades de pesca y resguardar las especies y ecosistemas en esta vasta zona marítima del Pacífico Sur.
En este contexto, en mayo pasado se reunieron en el balneario de Reñaca, Chile, representantes de 25 países, entre ellos, Japón, Rusia, EE UU, Australia, China, Nueva Zelanda y los países del Pacífico Sur. Por el Perú asistieron cuatro representantes, dos del ministerio de RR EE., uno del ministerio de la Producción y uno de la Sociedad Nacional de Pesquería.
En este evento se creó la Organización Regional de Administración Pesquera del Pacífico Sur (ORAP-PS) y, entre sus principales acuerdos, se ponen límites para la pesca de arrastre de fondo, a partir del 30 de setiembre 2007, al número de barcos, nivel y capacidad de pesca y su no expansión. Además, a partir del 2010, se establecen medidas para la conservación y manejo para prevenir impactos adversos en los ecosistemas marinos vulnerables.
Estos acuerdos, sin embargo, no incluyen medidas contra la pesca de arrastre de media profundidad que se producen en alta mar adyacente a las 200 millas de los países del Pacífico Sur, la cual se ha incrementado por la mayor actividad de grandes buques factoría europeos y asiáticos que permanecen por largos períodos de hasta 6 meses en el mar, capturando grandes cantidades de recursos vivos, sin discriminar las especies y procesándolos en sus fábricas de abordo.
En este enorme espacio oceánico del Pacífico Sur, que por su diversidad y riqueza es blanco permanente de intereses pesqueros, como países ribereños nos corresponde derechos preferenciales en la alta mar, particularmente en lo que se refiere a recursos altamente migratorios y tranzonales, los que constituyen parte de nuestra fuente de desarrollo y seguridad alimentaria.
Publicado en el diario EXPRESO, fecha 21 de julio de 2007