Recientemente el presidente del Consejo de Ministros, Jorge del Castillo, así como el canciller José García Belaúnde y el ministro de Defensa Ántero Flores-Aráos, han manifestado que deben retomarse y concretarse las reuniones de la Comisión Permanente de Consulta y Coordinación Política entre Perú y Chile –conocida como mecanismo 2+2– y no se vean suspendidas por la demanda marítima presentada en La Haya.
Al respecto, cabría preguntarse ¿es importante y necesario este mecanismo? La respuesta podríamos obtenerla del análisis de sus objetivos principales y su cumplimiento.
El 30 de julio de 2001 los ex presidentes del Perú y Chile, Alejandro Toledo y Ricardo Lagos, crearon este mecanismo a través de la suscripción de una declaración conjunta con el propósito de evaluar la reducción de los gastos militares y la homologación del sistema de medición de los gastos en Defensa, con el fin de fortalecer las medidas de confianza mutua y cooperación en este ámbito. Inclusive en su punto 9° se reitera la importancia de que los gastos del sector se realicen con un máximo de transparencia y de pleno conocimiento público.
Desde su creación –hace seis años y medio– se han efectuado solo tres reuniones. La primera en setiembre de 2001, en nuestro país. El Perú llegó a las conversaciones mostrando una drástica reducción del 20% del presupuesto para Defensa y Seguridad Nacional en relación al año 2000. La declaración conjunta de esta reunión resaltó el cumplimiento inmediato de la erradicación de minas antipersonales, la adopción de medidas para una gradual limitación de los gastos de defensa en la región, así como el emprendimiento del proceso de estandarización del sistema de medición de los gastos de defensa. Al término de la reunión, el ex ministro de Defensa chileno, Jaime Ravinet, aclaró que “Chile no iba a rendir ni pedir cuentas sobre lo que está gastando”. Ahora conocemos que en esa época Chile estaba ya iniciando su carrera armamentista en la que ha invertido alrededor de US$ 6,000 millones.
En julio de 2005 se realizó la segunda reunión, también en Lima, y la tercera y última, en octubre de 2006 en Santiago. En ambas, fundamentalmente se reiteraron los mismos propósitos incluyéndose algunos acuerdos declarativos. El ex ministro de Defensa, Allan Wagner, anunció una cuarta reunión para octubre de 2007, la cual no se ha llevado a cabo, según el canciller chileno, Alejandro Foxley, debido a que se han suspendido, y no tienen fecha para reanudarse.
Por lo expuesto, este mecanismo en su estructura actual, no es importante ni necesario, ya que desde 2001 no se ha concretado ningún acuerdo importante. Asimismo, no se logrado fortalecer la confianza mutua en seguridad y defensa entre ambos países debido principalmente a su Ley Reservada del Cobre que permite cuentas secretas para gastos de defensa; a su desmesurada carrera armamentista; y al agresivo y provocador despliegue de toda su flota de aviones F-16 a sus bases aéreas de Cerro Moreno y Los Cóndores, las más equipadas y cercanas a nuestra frontera.
Publicado en el diario EXPRESO, fecha 2 de febrero de 2008
Al respecto, cabría preguntarse ¿es importante y necesario este mecanismo? La respuesta podríamos obtenerla del análisis de sus objetivos principales y su cumplimiento.
El 30 de julio de 2001 los ex presidentes del Perú y Chile, Alejandro Toledo y Ricardo Lagos, crearon este mecanismo a través de la suscripción de una declaración conjunta con el propósito de evaluar la reducción de los gastos militares y la homologación del sistema de medición de los gastos en Defensa, con el fin de fortalecer las medidas de confianza mutua y cooperación en este ámbito. Inclusive en su punto 9° se reitera la importancia de que los gastos del sector se realicen con un máximo de transparencia y de pleno conocimiento público.
Desde su creación –hace seis años y medio– se han efectuado solo tres reuniones. La primera en setiembre de 2001, en nuestro país. El Perú llegó a las conversaciones mostrando una drástica reducción del 20% del presupuesto para Defensa y Seguridad Nacional en relación al año 2000. La declaración conjunta de esta reunión resaltó el cumplimiento inmediato de la erradicación de minas antipersonales, la adopción de medidas para una gradual limitación de los gastos de defensa en la región, así como el emprendimiento del proceso de estandarización del sistema de medición de los gastos de defensa. Al término de la reunión, el ex ministro de Defensa chileno, Jaime Ravinet, aclaró que “Chile no iba a rendir ni pedir cuentas sobre lo que está gastando”. Ahora conocemos que en esa época Chile estaba ya iniciando su carrera armamentista en la que ha invertido alrededor de US$ 6,000 millones.
En julio de 2005 se realizó la segunda reunión, también en Lima, y la tercera y última, en octubre de 2006 en Santiago. En ambas, fundamentalmente se reiteraron los mismos propósitos incluyéndose algunos acuerdos declarativos. El ex ministro de Defensa, Allan Wagner, anunció una cuarta reunión para octubre de 2007, la cual no se ha llevado a cabo, según el canciller chileno, Alejandro Foxley, debido a que se han suspendido, y no tienen fecha para reanudarse.
Por lo expuesto, este mecanismo en su estructura actual, no es importante ni necesario, ya que desde 2001 no se ha concretado ningún acuerdo importante. Asimismo, no se logrado fortalecer la confianza mutua en seguridad y defensa entre ambos países debido principalmente a su Ley Reservada del Cobre que permite cuentas secretas para gastos de defensa; a su desmesurada carrera armamentista; y al agresivo y provocador despliegue de toda su flota de aviones F-16 a sus bases aéreas de Cerro Moreno y Los Cóndores, las más equipadas y cercanas a nuestra frontera.
Publicado en el diario EXPRESO, fecha 2 de febrero de 2008