El pasado día 14 el diario EXPRESO presentó una grave denuncia, en la que da cuenta que siete maestros que purgaron penas por terrorismo ejercían docencia en diversos colegios de la capital. Este asunto, así como cualquier caso sobre infiltración terrorista en el magisterio debe ser profundamente investigado, por lo que significa para el futuro de nuestro país.
El principal interés de los terroristas es transmitir, a través de la educación, su ideología extrema a los niños, jóvenes y adolecentes –especialmente en zonas rurales donde predomina la pobreza y exclusión– con el fin de ganar adeptos y formar futuros cuadros. Buscan así, desviar en la formación de los alumnos los dogmas ideológicos de patriotismo, nacionalismo, modernidad, desarrollo, democracia y libertad de pensamiento y expresión.
La historia nos recuerda que los senderistas estuvieron presentes en el magisterio, inclusive antes de 1980. Mantuvieron perfil bajo después de la captura de su líder, Abimael Guzmán, en setiembre de 1992, pero a partir de 2004 comenzaron a desarrollar una actitud más activa.
En octubre de 2005, el Consejo por la Paz presentó un informe advirtiendo que entre 780 y 800 profesores de colegios y universidades, sumados a personal administrativo del ministerio de Educación, mantenían vínculos con Sendero Luminoso (SL), de los cuales, 250 fueron excarcelados, 500 tenían antecedentes por subversión y 38 estaban requisitoriados por terrorismo.
Recientemente ha sido presentada otra denuncia sobre infiltración ideológica de SL en colegios de Tingo María, Huánuco. Aunque el ministro de Educación, José Chang, explicó el pasado día 6 que su despacho aún no cuenta con “pruebas fehacientes”, sin embargo días antes, el recién nombrado director de la Policía Nacional, Octavio Salazar, admitió que remanentes de la organización maoísta SL están infiltrados en varios colegios públicos e imparten cursos de “Doctrina Maoísta”, “Doctrina Marxista” y “Antiimperialismo yanqui”, añadiendo que “estas labores suelen ser realizadas por personas que ya cumplieron penas por terrorismo, y que salen de las cárceles y se infiltran en muchos lugares, como escuelas, universidades y sindicatos”.
En este complejo panorama es necesaria la implementación urgente de contramedidas. Además del proyecto de ley anunciado por la presidenta de la Comisión de Defensa del Congreso, Mercedes Cabanillas, para prohibir ejercer la docencia a sentenciados por terrorismo, se requiere, entre otras, mejorar los sistemas de fiscalización, supervisión y control en los centros educativos, especialmente en zonas rurales; actualización del diseño curricular incrementándose la inculcación de valores, civismo y patriotismo; supervisión de la formación de jóvenes en la carrera magisterial; identificación de todos los maestros vinculados al terrorismo; y el incremento de penas por apología de terrorismo en los centros educativos.
Publicado en el diario EXPRESO, fecha 19 de enero de 2008
El principal interés de los terroristas es transmitir, a través de la educación, su ideología extrema a los niños, jóvenes y adolecentes –especialmente en zonas rurales donde predomina la pobreza y exclusión– con el fin de ganar adeptos y formar futuros cuadros. Buscan así, desviar en la formación de los alumnos los dogmas ideológicos de patriotismo, nacionalismo, modernidad, desarrollo, democracia y libertad de pensamiento y expresión.
La historia nos recuerda que los senderistas estuvieron presentes en el magisterio, inclusive antes de 1980. Mantuvieron perfil bajo después de la captura de su líder, Abimael Guzmán, en setiembre de 1992, pero a partir de 2004 comenzaron a desarrollar una actitud más activa.
En octubre de 2005, el Consejo por la Paz presentó un informe advirtiendo que entre 780 y 800 profesores de colegios y universidades, sumados a personal administrativo del ministerio de Educación, mantenían vínculos con Sendero Luminoso (SL), de los cuales, 250 fueron excarcelados, 500 tenían antecedentes por subversión y 38 estaban requisitoriados por terrorismo.
Recientemente ha sido presentada otra denuncia sobre infiltración ideológica de SL en colegios de Tingo María, Huánuco. Aunque el ministro de Educación, José Chang, explicó el pasado día 6 que su despacho aún no cuenta con “pruebas fehacientes”, sin embargo días antes, el recién nombrado director de la Policía Nacional, Octavio Salazar, admitió que remanentes de la organización maoísta SL están infiltrados en varios colegios públicos e imparten cursos de “Doctrina Maoísta”, “Doctrina Marxista” y “Antiimperialismo yanqui”, añadiendo que “estas labores suelen ser realizadas por personas que ya cumplieron penas por terrorismo, y que salen de las cárceles y se infiltran en muchos lugares, como escuelas, universidades y sindicatos”.
En este complejo panorama es necesaria la implementación urgente de contramedidas. Además del proyecto de ley anunciado por la presidenta de la Comisión de Defensa del Congreso, Mercedes Cabanillas, para prohibir ejercer la docencia a sentenciados por terrorismo, se requiere, entre otras, mejorar los sistemas de fiscalización, supervisión y control en los centros educativos, especialmente en zonas rurales; actualización del diseño curricular incrementándose la inculcación de valores, civismo y patriotismo; supervisión de la formación de jóvenes en la carrera magisterial; identificación de todos los maestros vinculados al terrorismo; y el incremento de penas por apología de terrorismo en los centros educativos.
Publicado en el diario EXPRESO, fecha 19 de enero de 2008