En medio de un gran debate nacional sobre la creación del Ministerio del Medio Ambiente, el Foro Económico Mundial presentó el 23 de enero pasado en Davos, Suiza, el “Índice de Desempeño Ambiental 2008” (EPI por sus siglas en inglés: Environmental Performance Index), el cual mide el respeto que tienen las naciones del mundo en la conservación del medio ambiente, clasificándolas de acuerdo a su desempeño, en indicadores y políticas de salud medioambiental, contaminación atmosférica, recursos hídricos, suministro de agua potable, sanidad, biodiversidad, hábitat y manejo forestal, recursos naturales y cambio climático.
El Perú ocupa el puesto 60° entre 149 países con un puntaje de 78.1 sobre 100 (Suiza es el 1° con 95.5.puntos y Nigeria el último con 39.1). En el continente americano ocupamos el puesto 16° entre 26 países y en Sudamérica el 8° entre 11, solo delante de Paraguay, Guyana y Bolivia.
Nuestras puntuaciones más bajas se presentan en recursos hídricos y calidad de agua (33.8 sobre 100), aspectos sanitarios (56.7), gestión de biodiversidad y hábitat (58.1) y contaminación ambiental (62.3).
En relación a los recursos hídricos, muchas de nuestras cuencas y ríos están gravemente afectadas por la contaminación minera. Hay ejemplos. En la cuenca del Mantaro en Junín, a través del túnel Kingsmill, son vertidos diariamente al río Yauli 130 mil metros cúbicos de agua ácida con metales disueltos, que luego desembocan al río Mantaro afectando otros cinco ríos. La cuenca del río Ramis en Puno, en emergencia ambiental desde octubre del año pasado, recibe 2.5 millones de toneladas anuales de sólidos sedimentales que afectan 180 kilómetros del río Ramis y otros seis ríos. También en la costa y selva hay muchos ríos contaminados.
Nuestro hábitat, biodiversidad y clima se encuentran gravemente afectados por 8 millones de hectáreas deforestadas. Tenemos un índice de deforestación anual de 300 mil hectáreas frente a una reforestación de 25 mil. Además existen muchos casos de corrupción y falta de control vinculados a la tala y tráfico ilegal de madera.
La contaminación ambiental en Lima y muchas ciudades supera ampliamente el límite de partículas en suspensión establecido por la Organización Mundial de la salud. Dos casos gravísimos se presentan en La Oroya –sexta ciudad más contaminada del mundo– y en el puerto del Callao, donde se está envenenando la sangre de miles de personas, especialmente niños, por la inhalación de sustancias químicas y plomo. De manera irresponsable estos casos no se solucionan a pesar de su larga data.
La falta de respeto al medio ambiente en nuestro país origina graves y peligrosos efectos en cadena que atentan contra la salud pública, los recursos hidrobiológicos, la agricultura y ganadería.
En este panorama, y teniendo en cuenta que el TLC con EE UU nos obliga al “fortalecimiento institucional de la gestión ambiental”, se considera necesaria la creación del Ministerio del Medio Ambiente, pero éste debería basarse en la integración, coordinación, plena autonomía y competencia reguladora y fiscalizadora de todos los ámbitos generadores de contaminación, especialmente el minero.
Publicado en el diario EXPRESO, fecha 16 de febrero 2008
El Perú ocupa el puesto 60° entre 149 países con un puntaje de 78.1 sobre 100 (Suiza es el 1° con 95.5.puntos y Nigeria el último con 39.1). En el continente americano ocupamos el puesto 16° entre 26 países y en Sudamérica el 8° entre 11, solo delante de Paraguay, Guyana y Bolivia.
Nuestras puntuaciones más bajas se presentan en recursos hídricos y calidad de agua (33.8 sobre 100), aspectos sanitarios (56.7), gestión de biodiversidad y hábitat (58.1) y contaminación ambiental (62.3).
En relación a los recursos hídricos, muchas de nuestras cuencas y ríos están gravemente afectadas por la contaminación minera. Hay ejemplos. En la cuenca del Mantaro en Junín, a través del túnel Kingsmill, son vertidos diariamente al río Yauli 130 mil metros cúbicos de agua ácida con metales disueltos, que luego desembocan al río Mantaro afectando otros cinco ríos. La cuenca del río Ramis en Puno, en emergencia ambiental desde octubre del año pasado, recibe 2.5 millones de toneladas anuales de sólidos sedimentales que afectan 180 kilómetros del río Ramis y otros seis ríos. También en la costa y selva hay muchos ríos contaminados.
Nuestro hábitat, biodiversidad y clima se encuentran gravemente afectados por 8 millones de hectáreas deforestadas. Tenemos un índice de deforestación anual de 300 mil hectáreas frente a una reforestación de 25 mil. Además existen muchos casos de corrupción y falta de control vinculados a la tala y tráfico ilegal de madera.
La contaminación ambiental en Lima y muchas ciudades supera ampliamente el límite de partículas en suspensión establecido por la Organización Mundial de la salud. Dos casos gravísimos se presentan en La Oroya –sexta ciudad más contaminada del mundo– y en el puerto del Callao, donde se está envenenando la sangre de miles de personas, especialmente niños, por la inhalación de sustancias químicas y plomo. De manera irresponsable estos casos no se solucionan a pesar de su larga data.
La falta de respeto al medio ambiente en nuestro país origina graves y peligrosos efectos en cadena que atentan contra la salud pública, los recursos hidrobiológicos, la agricultura y ganadería.
En este panorama, y teniendo en cuenta que el TLC con EE UU nos obliga al “fortalecimiento institucional de la gestión ambiental”, se considera necesaria la creación del Ministerio del Medio Ambiente, pero éste debería basarse en la integración, coordinación, plena autonomía y competencia reguladora y fiscalizadora de todos los ámbitos generadores de contaminación, especialmente el minero.
Publicado en el diario EXPRESO, fecha 16 de febrero 2008