El día 9 de abril pasado, el Foro Económico Mundial (FEM), presentó su Informe Global sobre Tecnología 2007-2008, el cual se orienta al análisis de la disposición que tienen los países para impulsar el desarrollo, innovación y competitividad tecnológica. Dicho informe se publica anualmente desde el año 2001, y es el único indicador en este campo de las debilidades y fortalezas que presentan los países, las cuales determinan el dinamismo y evolución de las tecnologías de la información y comunicación (TIC), para mantener las ventajas competitivas de una nación.
El informe incluye un ranking sobre la aptitud de desarrollo tecnológico en 127 países del mundo. Los tres primeros puestos corresponden a Dinamarca (con una puntuación de 5.78 sobre 6), Suecia (5.72) y Suiza (5.53). El Perú ocupa el puesto 84 con un puntaje de 3.46, habiendo descendido seis puestos con respecto al informe anterior 2006-2007. En Sudamérica, estamos por debajo de Chile (puesto 34), Brasil (59), Uruguay (65), Colombia (69) y Argentina (77).
Lo importante de este informe es que para la elaboración del mencionado ranking, el FEM analiza 68 variables que reflejan, en cada país, sus fortalezas y debilidades. En nuestro caso, tenemos muy pocas fortalezas, entre ellas, la principal es la libertad de prensa (puesto 19 sobre 127), calidad de gestión de escuelas de negocios (47) y calidad y cantidad de proveedores locales de telefonía (47).
Sin embargo, predominan las debilidades. Lamentablemente, este es otro informe a nivel mundial en el que ocupamos el último lugar en calidad de educación en ciencias y matemáticas (127 sobre 127) y penúltimo en calidad del sistema educativo (126). Asimismo, estamos rezagados en eficacia de los órganos legislativos (121) y del marco legal (119), independencia judicial (118), calidad de las instituciones de investigación científica (111), protección de propiedad intelectual (110), derechos de propiedad (107), e importancia y visión de futuro que da el gobierno a las TIC (102).
Estos magros resultados en desarrollo tecnológico a nivel mundial, denotan claramente la falta de prioridad en las agendas del gobierno, las empresas privadas y universidades, en asuntos de ciencia, tecnología, innovación y competitividad. La pobreza de nuestro sistema educativo, en general, y de investigación científica, en particular, así como los bajos niveles de inversión en ciencia y desarrollo, se convierten en los principales obstáculos. Así, en nuestro país apenas se destina al rubro de ciencia y tecnología el 0.1% del PBI anual, que equivale a unos US$ 100 millones. Es uno de los presupuestos más bajos de la región, mientras que países como Brasil y Chile bordean el 1% y países emergentes como China e India, destinan más del 1.5%.
El gobierno no solo debe avocarse a resolver temas de coyuntura y corto plazo. Tiene también la obligación de impulsar, a nivel estatal, privado y educacional, la investigación y desarrollo científico y tecnológico, innovación, competitividad, creación de capacidades y acceso a nuevas tecnologías, lo cual, con visión de futuro, contribuirá al desarrollo del país.
Publicado en el diario EXPRESO, fecha 3 de mayo de 2008
El informe incluye un ranking sobre la aptitud de desarrollo tecnológico en 127 países del mundo. Los tres primeros puestos corresponden a Dinamarca (con una puntuación de 5.78 sobre 6), Suecia (5.72) y Suiza (5.53). El Perú ocupa el puesto 84 con un puntaje de 3.46, habiendo descendido seis puestos con respecto al informe anterior 2006-2007. En Sudamérica, estamos por debajo de Chile (puesto 34), Brasil (59), Uruguay (65), Colombia (69) y Argentina (77).
Lo importante de este informe es que para la elaboración del mencionado ranking, el FEM analiza 68 variables que reflejan, en cada país, sus fortalezas y debilidades. En nuestro caso, tenemos muy pocas fortalezas, entre ellas, la principal es la libertad de prensa (puesto 19 sobre 127), calidad de gestión de escuelas de negocios (47) y calidad y cantidad de proveedores locales de telefonía (47).
Sin embargo, predominan las debilidades. Lamentablemente, este es otro informe a nivel mundial en el que ocupamos el último lugar en calidad de educación en ciencias y matemáticas (127 sobre 127) y penúltimo en calidad del sistema educativo (126). Asimismo, estamos rezagados en eficacia de los órganos legislativos (121) y del marco legal (119), independencia judicial (118), calidad de las instituciones de investigación científica (111), protección de propiedad intelectual (110), derechos de propiedad (107), e importancia y visión de futuro que da el gobierno a las TIC (102).
Estos magros resultados en desarrollo tecnológico a nivel mundial, denotan claramente la falta de prioridad en las agendas del gobierno, las empresas privadas y universidades, en asuntos de ciencia, tecnología, innovación y competitividad. La pobreza de nuestro sistema educativo, en general, y de investigación científica, en particular, así como los bajos niveles de inversión en ciencia y desarrollo, se convierten en los principales obstáculos. Así, en nuestro país apenas se destina al rubro de ciencia y tecnología el 0.1% del PBI anual, que equivale a unos US$ 100 millones. Es uno de los presupuestos más bajos de la región, mientras que países como Brasil y Chile bordean el 1% y países emergentes como China e India, destinan más del 1.5%.
El gobierno no solo debe avocarse a resolver temas de coyuntura y corto plazo. Tiene también la obligación de impulsar, a nivel estatal, privado y educacional, la investigación y desarrollo científico y tecnológico, innovación, competitividad, creación de capacidades y acceso a nuevas tecnologías, lo cual, con visión de futuro, contribuirá al desarrollo del país.
Publicado en el diario EXPRESO, fecha 3 de mayo de 2008