El miércoles 26 acaba de ocurrir otra sanguinaria emboscada terrorista en la carretera Tingo María-Pucallpa en Huánuco, aumentando éstas a 12 durante el período 2007-2008 –tres en la zona de Huánuco-San Martín y nueve en la zona del VRAE–. En este atentado han fallecido 5 valerosos policías. Desde agosto de 2001 en que se iniciaron las emboscadas, sobrepasan en total 60 personas fallecidas, entre miembros de las FF AA, PNP y civiles. Lo más preocupante es que en el período 2001-2006 fueron 6 emboscadas (promedio de una por año), sin embargo, durante los dos últimos años 2007-2008 ya son 12 hasta la fecha, lo cual representa un peligroso aumento del promedio a 6 por año.
De la forma de cómo se ha realizado esta última emboscada, se puede determinar que ha sido un asombroso calco a la ocurrida el 20 de febrero de 2005, lo que obliga a los servicios de inteligencia a recapitular y analizar anteriores atentados para evitar ataques similares. Ambas ocurrieron en la misma carretera Federico Basadre, vía Tingo María-Pucallpa, y en el mismo sector del Bambú. En ambos casos, asesinaron policías (3 en la primera y 5 ahora) a bordo de vehículos policiales cuando controlaban el contrabando de combustible. Sin embargo, en la reciente emboscada se investiga si adicionalmente habrían estado brindando protección no autorizada a una empresa privada de construcción de carreteras.
Según las investigaciones de la emboscada del 2005, fue ejecutada por una columna de 30 terroristas del comité regional centro que lidera “Artemio”, los cuales esperaban anticipadamente en el lugar y al pasar el vehículo, de entre la maleza atacaron por sorpresa con armas de largo alcance AKM, FAL y Galil (capacidad de 600 disparos por minuto), así como con escopetas y lanzagranadas, recibiendo 132 impactos de bala. En la actual, las primeras informaciones señalan que también fue realizado por un grupo similar de 30 terroristas del mismo comité que lidera “Artemio” atacando el convoy de 3 vehículos, en la misma modalidad que la anterior, por sorpresa desde la maleza y con armas de largo alcance, granadas y metralletas, impactando 2 vehículos y asesinando los 5 policías.
Aunque el Primer Ministro, Yehude Simon, y el ministro de Defensa, Ántero Flores-Aráoz, hayan coincidido en que se trata de una reacción o represalia del narcotráfico por las acciones del Gobierno y fuerzas del orden en la zona del Huallaga, lo cierto es que el peligroso incremento de emboscadas nos demuestran que con los elevados recursos del narcotráfico los terroristas –actuando como sicarios– se están recomponiendo y mejorando su capacidad para realizar acciones armadas.
Además del ofrecimiento del Primer Ministro de responder con mayor fuerza al terrorismo aumentando la presencia del Estado y las inversiones en dichas zonas, es imprescindible implementar un adecuado sistema de inteligencia estratégica, reforzar las medidas de seguridad durante los desplazamientos (vehículos blindados y helicópteros), incrementar el entrenamiento del personal policial para este tipo de operaciones, así como destinar mayores recursos para mejorar el equipamiento, armamento, comunicaciones y transportes de las FF AA y la PNP que combaten en dichas zonas.
De la forma de cómo se ha realizado esta última emboscada, se puede determinar que ha sido un asombroso calco a la ocurrida el 20 de febrero de 2005, lo que obliga a los servicios de inteligencia a recapitular y analizar anteriores atentados para evitar ataques similares. Ambas ocurrieron en la misma carretera Federico Basadre, vía Tingo María-Pucallpa, y en el mismo sector del Bambú. En ambos casos, asesinaron policías (3 en la primera y 5 ahora) a bordo de vehículos policiales cuando controlaban el contrabando de combustible. Sin embargo, en la reciente emboscada se investiga si adicionalmente habrían estado brindando protección no autorizada a una empresa privada de construcción de carreteras.
Según las investigaciones de la emboscada del 2005, fue ejecutada por una columna de 30 terroristas del comité regional centro que lidera “Artemio”, los cuales esperaban anticipadamente en el lugar y al pasar el vehículo, de entre la maleza atacaron por sorpresa con armas de largo alcance AKM, FAL y Galil (capacidad de 600 disparos por minuto), así como con escopetas y lanzagranadas, recibiendo 132 impactos de bala. En la actual, las primeras informaciones señalan que también fue realizado por un grupo similar de 30 terroristas del mismo comité que lidera “Artemio” atacando el convoy de 3 vehículos, en la misma modalidad que la anterior, por sorpresa desde la maleza y con armas de largo alcance, granadas y metralletas, impactando 2 vehículos y asesinando los 5 policías.
Aunque el Primer Ministro, Yehude Simon, y el ministro de Defensa, Ántero Flores-Aráoz, hayan coincidido en que se trata de una reacción o represalia del narcotráfico por las acciones del Gobierno y fuerzas del orden en la zona del Huallaga, lo cierto es que el peligroso incremento de emboscadas nos demuestran que con los elevados recursos del narcotráfico los terroristas –actuando como sicarios– se están recomponiendo y mejorando su capacidad para realizar acciones armadas.
Además del ofrecimiento del Primer Ministro de responder con mayor fuerza al terrorismo aumentando la presencia del Estado y las inversiones en dichas zonas, es imprescindible implementar un adecuado sistema de inteligencia estratégica, reforzar las medidas de seguridad durante los desplazamientos (vehículos blindados y helicópteros), incrementar el entrenamiento del personal policial para este tipo de operaciones, así como destinar mayores recursos para mejorar el equipamiento, armamento, comunicaciones y transportes de las FF AA y la PNP que combaten en dichas zonas.
Publicado en el diario EXPRESO, fecha 29 de noviembre de 2008