El pasado día 20 Barack Obama tomó posesión como presidente de EE UU en medio de la mayor crisis económica de ese país desde los años 30. Su principal prioridad será estabilizarla, sin embargo, uno de sus principales retos será el de manejar la geopolítica estadounidense en el nuevo orden mundial. Como preludio, el presidente ha esbozado los principios de su política internacional: la diplomacia de EE UU será de negociación en forma directa, dura y sin condiciones con todas las naciones, pero resaltando su disposición a liderar, lo que se entiende como la decisión de no debilitar la influencia de su país en el mundo como única superpotencia actual.
En principio, la anterior teoría geopolítica de Bush designando “eje del mal” a Irak, Irán y Corea del Norte, conllevó la invasión de EE UU contra Irak, que el mismo Obama en marzo de 2008, durante el 5° aniversario de la guerra, la calificó de “fatídica” y basada en “premisas erróneas y malos datos de inteligencia”, asegurando que empezaría “inmediatamente” al retiro mensual de dos brigadas de tropa, concluyendo la operación en 16 meses. Además, esta teoría geopolítica de Bush ocasionó que tanto Irán como Corea del Norte decidieran buscar en la expansión de sus programas nucleares la disuasión de un posible futuro ataque de EE UU.
En el caso de Irán, como presidente electo, Obama adelantó de inaceptable que este país obtenga armas nucleares, y aunque en su primera entrevista como presidente concedida el pasado día 27 a una red árabe de televisión haya enfatizado que EE UU le ofrecerá la mano extendida de la diplomacia si sus líderes “abren su puño”, la nueva embajadora ante la ONU, Susan Rice, ha advertido que la presión aumentará si Teherán se niega a suspender su programa de enriquecimiento de uranio. Para EE UU esta condición es fundamental ya que consideran que Irán puede desarrollar antes del 2015 un misil balístico intercontinental “capaz de alcanzar a EE UU y toda Europa”, pero Irán no ha demostrado signos de abandonar su programa nuclear a pesar de tres rondas de sanciones del Consejo de Seguridad de la ONU.
En relación a Corea del Norte, que ya ha probado armas atómicas y misiles, a pesar que en un principio aceptó abandonar su programa de armas nucleares a cambio de ayuda energética y reconocimiento diplomático, hasta el momento no ha permitido que inspectores extranjeros verifiquen los avances. Inclusive ha advertido que mantendrá sus armas nucleares mientras se sienta amenazada por EE UU.
Otro reto geopolítico que enfrentará Obama será lograr una solución duradera de paz en Medio Oriente. Para este fin ha nombrado a George Mitchell, un experto negociador que consiguió el congelamiento de las colonias israelíes y el repliegue militar en Cisjordania. El asunto es que Obama ha recalcado que “la seguridad de Israel es lo más importante”. Recordemos que en julio de 2007 EE UU entregó a Israel US$ 30,000 millones como “inversión para la paz” para protegerlo de Irán, y además para el 2012 le estaría vendiendo los cazabombarderos supersónicos F-35, no detectables por radar.
En la segunda parte de este artículo analizaremos los amenazantes retos geopolíticos de Obama que representan Rusia y China en el ámbito de su influencia en el mundo.
En principio, la anterior teoría geopolítica de Bush designando “eje del mal” a Irak, Irán y Corea del Norte, conllevó la invasión de EE UU contra Irak, que el mismo Obama en marzo de 2008, durante el 5° aniversario de la guerra, la calificó de “fatídica” y basada en “premisas erróneas y malos datos de inteligencia”, asegurando que empezaría “inmediatamente” al retiro mensual de dos brigadas de tropa, concluyendo la operación en 16 meses. Además, esta teoría geopolítica de Bush ocasionó que tanto Irán como Corea del Norte decidieran buscar en la expansión de sus programas nucleares la disuasión de un posible futuro ataque de EE UU.
En el caso de Irán, como presidente electo, Obama adelantó de inaceptable que este país obtenga armas nucleares, y aunque en su primera entrevista como presidente concedida el pasado día 27 a una red árabe de televisión haya enfatizado que EE UU le ofrecerá la mano extendida de la diplomacia si sus líderes “abren su puño”, la nueva embajadora ante la ONU, Susan Rice, ha advertido que la presión aumentará si Teherán se niega a suspender su programa de enriquecimiento de uranio. Para EE UU esta condición es fundamental ya que consideran que Irán puede desarrollar antes del 2015 un misil balístico intercontinental “capaz de alcanzar a EE UU y toda Europa”, pero Irán no ha demostrado signos de abandonar su programa nuclear a pesar de tres rondas de sanciones del Consejo de Seguridad de la ONU.
En relación a Corea del Norte, que ya ha probado armas atómicas y misiles, a pesar que en un principio aceptó abandonar su programa de armas nucleares a cambio de ayuda energética y reconocimiento diplomático, hasta el momento no ha permitido que inspectores extranjeros verifiquen los avances. Inclusive ha advertido que mantendrá sus armas nucleares mientras se sienta amenazada por EE UU.
Otro reto geopolítico que enfrentará Obama será lograr una solución duradera de paz en Medio Oriente. Para este fin ha nombrado a George Mitchell, un experto negociador que consiguió el congelamiento de las colonias israelíes y el repliegue militar en Cisjordania. El asunto es que Obama ha recalcado que “la seguridad de Israel es lo más importante”. Recordemos que en julio de 2007 EE UU entregó a Israel US$ 30,000 millones como “inversión para la paz” para protegerlo de Irán, y además para el 2012 le estaría vendiendo los cazabombarderos supersónicos F-35, no detectables por radar.
En la segunda parte de este artículo analizaremos los amenazantes retos geopolíticos de Obama que representan Rusia y China en el ámbito de su influencia en el mundo.
Publicado en el diario EXPRESO, fecha 31 de enero de 2009