El título de este artículo ha sido tomado de las declaraciones que dio el ministro del Ambiente, Antonio Brack, el 5 de diciembre pasado en una entrevista a la agencia de noticias EFE, durante una visita oficial a Reino Unido. Además de manifestar que la minería informal es un problema ambiental “gravísimo” en el Perú, explicó que 100,000 personas utilizan mercurio y cianuro “sin ningún control” por todo el país para conseguir oro, cuyo precio se ha incrementado como consecuencia de la crisis económica mundial. Pero lo más preocupante es que el ministro consideró “imposible” terminar con esa lacra, porque se necesitaría “un ejército de gente para ir a cada lugar a ver que pasa”.
Sin embargo, a pesar del pesimismo del ministro, la minería informal por su explosivo crecimiento y los efectos negativos que origina, debería ser urgentemente contrarrestada. Esta ilícita actividad opera en nuestro país hace más de medio siglo sin control ni fiscalización. No paga impuestos; explota a trabajadores adultos y niños; provoca conflictos y enfrentamientos entre mineros y agricultores; origina delincuencia, alcoholismo, violencia e inseguridad; y ocasiona graves impactos ambientales por las precarias condiciones de operación y empleo de sustancias muy tóxicas como mercurio, cianuro, arsénico, soda caústica y carbón activado para procesar el mineral, cuyos desechos son arrojados a ríos, lagos y suelos, produciendo excesiva contaminación. Además utilizan peligrosamente cartuchos de dinamita y detonadores. Solo en el mes pasado fueron incautados más de 1,000 cartuchos de dinamita y alrededor de 20,000 detonadores que tenían como destino la minería informal de La Libertad y Cerro de Pasco.
No existen estadísticas oficiales sobre la cantidad de mineros informales en nuestro país. Aunque el ministro Brack habla de 100,000, según otras estimaciones llegarían a 150,000. Según datos del ministerio de Energía y Minas (MEM), el 70% de la minería artesanal de oro es informal. La minería artesanal informal que inicialmente se desarrolló en el sur del país, en Madre de Dios, Arequipa, Ayacucho y Puno, progresivamente se ha extendido al norte hacia Cerro de Pasco, Piura, La libertad y Cajamarca.
Solo en la Región Pasco existen miles de mineros informales que trabajan con sus familias completas en unas 345 minas artesanales. En Cajamarca, en el cerro Algamarca, Cajabamba, existen más de 4,000 mineros informales que extraen oro de más de 60 pozas de procesamiento. En Puno, en varias comunidades campesinas como Putinas y Sandia, se extraen informalmente toneladas de oro, pero allí solo se observa pobreza y violencia.
Aunque el MEM acaba de informar que durante el 2009 pondrá énfasis en el proceso de formalización de la minería de pequeña escala, lo cierto es que la búsqueda de una solución integral a este grave y antiguo problema requiere de la competencia compartida del ministerio del Ambiente, el MEM y los Gobiernos Regionales –a través de las Direcciones Regionales de Energía y Minas (DREM)–, sobre la base de políticas eficaces de supervisión y control de esta ilícita actividad, como también de los insumos requeridos para el procesamiento del mineral, así como de la implementación de normas y procedimientos que incentiven su formalización.
Publicado en el diario EXPRESO, fecha 3 de enero de 2009
Sin embargo, a pesar del pesimismo del ministro, la minería informal por su explosivo crecimiento y los efectos negativos que origina, debería ser urgentemente contrarrestada. Esta ilícita actividad opera en nuestro país hace más de medio siglo sin control ni fiscalización. No paga impuestos; explota a trabajadores adultos y niños; provoca conflictos y enfrentamientos entre mineros y agricultores; origina delincuencia, alcoholismo, violencia e inseguridad; y ocasiona graves impactos ambientales por las precarias condiciones de operación y empleo de sustancias muy tóxicas como mercurio, cianuro, arsénico, soda caústica y carbón activado para procesar el mineral, cuyos desechos son arrojados a ríos, lagos y suelos, produciendo excesiva contaminación. Además utilizan peligrosamente cartuchos de dinamita y detonadores. Solo en el mes pasado fueron incautados más de 1,000 cartuchos de dinamita y alrededor de 20,000 detonadores que tenían como destino la minería informal de La Libertad y Cerro de Pasco.
No existen estadísticas oficiales sobre la cantidad de mineros informales en nuestro país. Aunque el ministro Brack habla de 100,000, según otras estimaciones llegarían a 150,000. Según datos del ministerio de Energía y Minas (MEM), el 70% de la minería artesanal de oro es informal. La minería artesanal informal que inicialmente se desarrolló en el sur del país, en Madre de Dios, Arequipa, Ayacucho y Puno, progresivamente se ha extendido al norte hacia Cerro de Pasco, Piura, La libertad y Cajamarca.
Solo en la Región Pasco existen miles de mineros informales que trabajan con sus familias completas en unas 345 minas artesanales. En Cajamarca, en el cerro Algamarca, Cajabamba, existen más de 4,000 mineros informales que extraen oro de más de 60 pozas de procesamiento. En Puno, en varias comunidades campesinas como Putinas y Sandia, se extraen informalmente toneladas de oro, pero allí solo se observa pobreza y violencia.
Aunque el MEM acaba de informar que durante el 2009 pondrá énfasis en el proceso de formalización de la minería de pequeña escala, lo cierto es que la búsqueda de una solución integral a este grave y antiguo problema requiere de la competencia compartida del ministerio del Ambiente, el MEM y los Gobiernos Regionales –a través de las Direcciones Regionales de Energía y Minas (DREM)–, sobre la base de políticas eficaces de supervisión y control de esta ilícita actividad, como también de los insumos requeridos para el procesamiento del mineral, así como de la implementación de normas y procedimientos que incentiven su formalización.
Publicado en el diario EXPRESO, fecha 3 de enero de 2009