Hemos recibido por enésima vez y con mucha indignación, la noticia de que nuevamente cinco embarcaciones pesqueras peruanas, con matricula del puerto de Ilo, fueron capturadas por patrulleras de la Armada chilena en una zona marítima que nos pertenece, la cual ese país, sobre la base de una posición unilateral se la ha adjudicado en forma injusta y arbitraria y la usa como si se tratara de sus aguas jurisdiccionales.
El prepotente ritual seguido en estos casos por la Armada de Chile, lo conocemos en demasía: detención y mal trato a los tripulantes de las naves, decomiso de su cargamento y obligación a los propietarios de las mismas a pagar las multas de ley antes de ser liberadas.
Al respecto, recordemos que en el mes de Agosto del año pasado, antes de la visita oficial del presidente Toledo a Chile, se produjo un gran debate nacional sobre la necesidad de que afronte con su homologo la delimitación marítima entre ambos países ya que se encuentra pendiente de solución en nuestras relaciones bilaterales, sin embargo, el tema no fue tratado porque los chilenos no tienen la más mínima intención de hacerlo y desde esa época hasta la fecha, no se ha avanzado absolutamente nada.
Al respecto el Canciller Allan Wagner al día siguiente de su retorno de dicha visita, el 25 de Agosto del 2002, manifestó que “lo importante es que el tema marítimo ha quedado colocado en la agenda de trabajo del futuro y será abordado de manera conveniente, apropiada y oportuna”.
Debe tener en consideración el Canciller que este asunto pendiente con Chile sobre la delimitación marítima no puede ser un tema del futuro ya que la actitud permanente de Chile es negarse a reconocer este problema, manifestando que se trata de un tema zanjado, debe considerar además, que nuestro país se esta privando desde hace medio siglo de pescar en una zona marítima de una dimensión aproximada de 35,000 kilómetros cuadrados que nos pertenece, donde existen muchos millones de toneladas de biomasa pesquera y de riquezas naturales, y asimismo, el hecho de que nuestros pescadores se encuentren imposibilitados de usarlo, nos representa pérdidas anuales que bordean los 40 millones de dólares afectando a más de 500 embarcaciones pesqueras de los puertos de Arequipa, Moquegua y Tacna y a sus más de 3,500 pescadores que laboran en ellas.
Es por ese motivo, señor canciller Allan Wagner, que este no debe ser un tema del futuro, sino del presente y de carácter urgente, ya que seguir manteniendo esta situación sin afrontarla, es inmensamente desfavorable para los intereses de nuestro país.
El prepotente ritual seguido en estos casos por la Armada de Chile, lo conocemos en demasía: detención y mal trato a los tripulantes de las naves, decomiso de su cargamento y obligación a los propietarios de las mismas a pagar las multas de ley antes de ser liberadas.
Al respecto, recordemos que en el mes de Agosto del año pasado, antes de la visita oficial del presidente Toledo a Chile, se produjo un gran debate nacional sobre la necesidad de que afronte con su homologo la delimitación marítima entre ambos países ya que se encuentra pendiente de solución en nuestras relaciones bilaterales, sin embargo, el tema no fue tratado porque los chilenos no tienen la más mínima intención de hacerlo y desde esa época hasta la fecha, no se ha avanzado absolutamente nada.
Al respecto el Canciller Allan Wagner al día siguiente de su retorno de dicha visita, el 25 de Agosto del 2002, manifestó que “lo importante es que el tema marítimo ha quedado colocado en la agenda de trabajo del futuro y será abordado de manera conveniente, apropiada y oportuna”.
Debe tener en consideración el Canciller que este asunto pendiente con Chile sobre la delimitación marítima no puede ser un tema del futuro ya que la actitud permanente de Chile es negarse a reconocer este problema, manifestando que se trata de un tema zanjado, debe considerar además, que nuestro país se esta privando desde hace medio siglo de pescar en una zona marítima de una dimensión aproximada de 35,000 kilómetros cuadrados que nos pertenece, donde existen muchos millones de toneladas de biomasa pesquera y de riquezas naturales, y asimismo, el hecho de que nuestros pescadores se encuentren imposibilitados de usarlo, nos representa pérdidas anuales que bordean los 40 millones de dólares afectando a más de 500 embarcaciones pesqueras de los puertos de Arequipa, Moquegua y Tacna y a sus más de 3,500 pescadores que laboran en ellas.
Es por ese motivo, señor canciller Allan Wagner, que este no debe ser un tema del futuro, sino del presente y de carácter urgente, ya que seguir manteniendo esta situación sin afrontarla, es inmensamente desfavorable para los intereses de nuestro país.
Publicado en el diario CORREO, fecha 16 de setiembre 2003