Finalmente después de casi dos meses de haber recibido el Presidente de la República en acto público el Informe Final de la comisión para la Reestructuración Integral de las Fuerzas Armadas, el día 20 del presente mes fue publicado en el diario oficial El Peruano, como un anexo a la Resolución Suprema N° 038 de fecha 8 de Marzo.
Del análisis de este documento se puede determinar que en su mayor contexto se refiere a aspectos de carácter organizativo y de control administrativo y logístico de las Fuerzas Armadas, especialmente con la creación de dos viceministerios que se encargarían de supervisar en este campo a los organismos competentes de los tres institutos. El resto de recomendaciones en este ámbito no tendría mayor trascendencia en la situación general de las Fuerzas Armadas, pudiéndose considerar como cambios que normalmente se efectúan en los institutos con el fin de mantener un proceso de actualización y perfeccionamiento.
Haciendo constancia que mi opinión es concordante con la tendencia a nivel global de reducir el tamaño de las Fuerzas Armadas, pero modernizándolas y equipándolas con mejor tecnología, considero que el fondo de este informe se dirige fundamentalmente hacia una drástica reducción de nuestras Fuerzas Armadas sin incluir un programa de modernización, basándose en aspectos coyunturales como la política del gobierno de reducir los gastos militares, el manejo político intencionado y la corrupción de la última década, así como la situación económica del país, no habiéndose considerado lo fundamental que se refiere a la determinación del rol, la estructura y capacidades futuras de las Fuerzas Armadas, conceptos resultantes de un profundo estudio de la realidad nacional, de la definición de los intereses y objetivos nacionales y del análisis de las amenazas y riesgos del entorno contra la seguridad nacional.
No se puede pretender llevar a cabo una reestructuración teniéndose como una consideración general en el informe, que “la generación de un sistema colectivo de seguridad permitirá en nuestra región un proceso de largo plazo de racionalización del gasto de defensa”, sin tener en cuenta el entorno actual en cuanto a los puntos de fricción fronteriza con los países limítrofes, que en nuestro caso sobrepasan los quince.
Según mi apreciación, se debería incluir en el mencionado informe, en el párrafo VIII de recomendaciones para reformas constitucionales, la revisión del artículo 165° referente al misionamiento de las Fuerzas Armadas, ya que tal como se reconoce en el capítulo V del mencionado informe, “por falta de planificación y presupuesto se han presentado problemas de obsolescencia de del material y limitaciones severas de aprestamiento afectando su capacidad operativa”, lo cual obviamente no le permitirá cumplir con dicho mandato que es el de garantizar la independencia, soberanía e integridad territorial de la República.
Esta situación se ve seriamente agravada por la reducción del presupuesto de las Fuerzas Armadas para el presente año, ya que al sector Defensa se le han asignado 747 millones de nuevos soles menos que el año 2001, disminución importante que se ha ejecutado sin ningún criterio técnico ni científico. Esta reducción, en mi concepto, significa una decisión unilateral de desarme, la cual está ocasionando irremediablemente la eliminación del concepto disuasivo así como un desequilibrio estratégico de nuestro país con respecto a los países fronterizos.
A pesar de que la propuesta del gobierno está optando por privilegiar el desarrollo económico y social, actitud muy loable, por cierto, sin embargo, lo que no se ha analizado adecuadamente son las consecuencias de corto, mediano y largo plazo en cuanto a la falta de alistamiento y entrenamiento, lo cual afecta severamente la operatividad de las Fuerzas Armadas; una fuerza militar no se puede improvisar en el corto plazo, requiere de tiempo y recursos para su desarrollo y así lograr la eficiencia y eficacia que le permita disuadir una amenaza o enfrentar, en un caso extremo, cualquier confrontación bélica. Como consecuencia de ésta reducción, el material de las Fuerzas Armadas se encuentra seriamente afectado y su repercusión no será perceptible en el corto plazo, sino en el mediano y largo plazo, durante la gestión de los próximos gobiernos, cuando por falta de un adecuado mantenimiento, las unidades de combate navales, aéreas y terrestres terminen inexorablemente su tiempo de servicio en condición de inservibles, no siendo posible su reparación o reponteciamiento, afectándose drásticamente el valor patrimonial de las Fuerzas Armadas, el cual, además, pertenece a todos los peruanos.
Publicado en el diario Correo, fecha 7 de Mayo de 2002