El pasado día 18 se cumplieron dos años desde la promulgación del DS 050-2008-PCM declarando en Estado de Emergencia el cerro Tamboraque –situado en el kilómetro 90 de la Carretera Central, en el distrito de San Mateo de Huanchor, provincia de Huarochirí, Lima– debido a su inestabilidad y el riesgo de colapso de los depósitos de relaves 1 y 2 de la Compañía Minera San Juan (Perú S.A.), ubicados en la Concesión de Beneficio “Concentradora Tamboraque”, los cuales contienen unas 500,000 toneladas de relaves compactos y 150,000 de relaves frescos con desechos de minerales tóxicos –arsénico, antimonio, plomo zinc–, y debían ser trasladados a un lugar seguro.
La minera San Juan tomó en concesión esta zona en abril de 2006, pero tuvo que paralizar su producción en mayo de 2008 tras haberse presentado en el cerro una falla geológica que produjo agrietamientos de tracción en la ladera, donde se ubican dichos depósitos de relaves. Estudios geotécnicos posteriores indicaron la potencial desestabilización del sector medio e inferior del cerro con peligros de desmoronamientos de tierra y el arrastre de los relaves, que de producirse, afectarían la hidroeléctrica de Huanchor, la carretera Central –única vía de Lima con la sierra central–, las vías férreas del Ferrocarril Central, y el río Rímac.
Durante estos dos años, fueron promulgados doce decretos prorrogando el estado de emergencia, período en el que se construyeron –con recursos del Estado– canales y un túnel de drenaje subterráneo para drenar el agua de las alturas del cerro. Asimismo, el Ministerio de Energía y Minas aprobó en setiembre de 2009 la modificación del Estudio de Impacto Ambiental (EIA) de la minera San Juan, la que incluye la construcción de un nuevo depósito de residuos en 40 hectáreas del paraje Chinchan, zona en la cual la Municipalidad de Chicla –6 meses antes de dicha aprobación– ya ha construido un reservorio de agua para la población.
Bajo este panorama, y habiéndose producido hace un mes el colapso de un depósito de relaves de la minera Caudalosa Chica en Huancavelica ocasionando un desastre ecológico, resulta preocupante que en estos dos años los sobrecargados depósitos de relaves de la minera San Juan aún no hayan sido trasladados a un lugar seguro. Por tratarse de una zona clasificada de alta sismicidad, el cerro, con sus fallas geológicas, agrietamientos y su debilitada base, podría hacer colapsar los depósitos y arrastrar los relaves hacia las vías férreas, la Carretera Central, y el río Rímac, y con ello ocasionar gravísimas consecuencias ambientales, socioeconómicas y humanas.
Publicado en el diario EXPRESO, fecha 24 de julio de 2010
La minera San Juan tomó en concesión esta zona en abril de 2006, pero tuvo que paralizar su producción en mayo de 2008 tras haberse presentado en el cerro una falla geológica que produjo agrietamientos de tracción en la ladera, donde se ubican dichos depósitos de relaves. Estudios geotécnicos posteriores indicaron la potencial desestabilización del sector medio e inferior del cerro con peligros de desmoronamientos de tierra y el arrastre de los relaves, que de producirse, afectarían la hidroeléctrica de Huanchor, la carretera Central –única vía de Lima con la sierra central–, las vías férreas del Ferrocarril Central, y el río Rímac.
Durante estos dos años, fueron promulgados doce decretos prorrogando el estado de emergencia, período en el que se construyeron –con recursos del Estado– canales y un túnel de drenaje subterráneo para drenar el agua de las alturas del cerro. Asimismo, el Ministerio de Energía y Minas aprobó en setiembre de 2009 la modificación del Estudio de Impacto Ambiental (EIA) de la minera San Juan, la que incluye la construcción de un nuevo depósito de residuos en 40 hectáreas del paraje Chinchan, zona en la cual la Municipalidad de Chicla –6 meses antes de dicha aprobación– ya ha construido un reservorio de agua para la población.
Bajo este panorama, y habiéndose producido hace un mes el colapso de un depósito de relaves de la minera Caudalosa Chica en Huancavelica ocasionando un desastre ecológico, resulta preocupante que en estos dos años los sobrecargados depósitos de relaves de la minera San Juan aún no hayan sido trasladados a un lugar seguro. Por tratarse de una zona clasificada de alta sismicidad, el cerro, con sus fallas geológicas, agrietamientos y su debilitada base, podría hacer colapsar los depósitos y arrastrar los relaves hacia las vías férreas, la Carretera Central, y el río Rímac, y con ello ocasionar gravísimas consecuencias ambientales, socioeconómicas y humanas.
Publicado en el diario EXPRESO, fecha 24 de julio de 2010