El pasado día 19 el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) presentó su estudio “Estado de la niñez indígena en el Perú”, exponiendo la situación de pobreza y exclusión de niños y adolescentes de 3 a 17 años de nuestras etnias nativas. Aunque se han empleado datos del último Censo Nacional 2007 que consigna una población indígena de 4 millones, y de la cual el 26% (más de un millón) son niños y adolescentes de 3 a 17 años, sin embargo, se calcula que la población indígena podría sobrepasar los 8 millones, y los niños y adolescentes los 2 millones.
El estudio ha comparado a niños y adolescentes de lengua materna quechua, aymara, asháninca u otras amazónicas (denominándolos indígenas), con los de lengua castellana concentrados en zonas urbanas (hispano-hablantes). En ambos grupos la pobreza y exclusión es muy alta, pero realmente preocupa la cruda realidad reflejada en los primeros. El 78% vive en situación de pobreza, y el 45% en pobreza extrema. En los niños amazónicos, la pobreza alcanza 86% y la extrema 49%. La niñez quechua es similar, 46% vive en extrema pobreza. Las mayores proporciones de pobreza de niños indígenas se concentran en Huancavelica (82%), Apurímac (76%), Ayacucho (72%) y Puno (67%), y su desnutrición crónica está por encima del promedio nacional.
Su acceso al agua potable y saneamiento es mínimo, ocasionando agudas enfermedades que inciden sobre la mortalidad infantil. Recordemos que el 26 de julio pasado, la Asamblea General de la ONU adoptó su resolución A/64/L.63 declarando el derecho al agua potable y al saneamiento como derecho humano esencial. Además, en las 20 provincias con mayor proporción de niños indígenas hay una escasa disponibilidad de servicios de salud.
Solo el 32% asiste a una escuela, y más de la mitad de escuelas primarias no cuentan con electricidad, agua y desagüe. El 96% no ha logrado aprendizaje en comprensión de textos, según evaluación de 2008, y la principal causa del retiro de los estudios es la situación económica. En derecho a la identidad, según estudio de 2009 del Banco Mundial, la mayor proporción de niños y adolescentes indocumentados en el país son indígenas.
Bajo este panorama, es muy incipiente la presencia del Estado para mejorar la calidad de vida de nuestros pueblos indígenas. Es responsabilidad del gobierno velar por su desarrollo social, económico y humano, así como reducir la pobreza y garantizarles los servicios de agua potable, saneamiento, salud y educación, principalmente de niños y adolescentes, quienes están más expuestos a situaciones vulnerables.
Publicado en el diario EXPRESO, fecha 28 de agosto de 2010
El estudio ha comparado a niños y adolescentes de lengua materna quechua, aymara, asháninca u otras amazónicas (denominándolos indígenas), con los de lengua castellana concentrados en zonas urbanas (hispano-hablantes). En ambos grupos la pobreza y exclusión es muy alta, pero realmente preocupa la cruda realidad reflejada en los primeros. El 78% vive en situación de pobreza, y el 45% en pobreza extrema. En los niños amazónicos, la pobreza alcanza 86% y la extrema 49%. La niñez quechua es similar, 46% vive en extrema pobreza. Las mayores proporciones de pobreza de niños indígenas se concentran en Huancavelica (82%), Apurímac (76%), Ayacucho (72%) y Puno (67%), y su desnutrición crónica está por encima del promedio nacional.
Su acceso al agua potable y saneamiento es mínimo, ocasionando agudas enfermedades que inciden sobre la mortalidad infantil. Recordemos que el 26 de julio pasado, la Asamblea General de la ONU adoptó su resolución A/64/L.63 declarando el derecho al agua potable y al saneamiento como derecho humano esencial. Además, en las 20 provincias con mayor proporción de niños indígenas hay una escasa disponibilidad de servicios de salud.
Solo el 32% asiste a una escuela, y más de la mitad de escuelas primarias no cuentan con electricidad, agua y desagüe. El 96% no ha logrado aprendizaje en comprensión de textos, según evaluación de 2008, y la principal causa del retiro de los estudios es la situación económica. En derecho a la identidad, según estudio de 2009 del Banco Mundial, la mayor proporción de niños y adolescentes indocumentados en el país son indígenas.
Bajo este panorama, es muy incipiente la presencia del Estado para mejorar la calidad de vida de nuestros pueblos indígenas. Es responsabilidad del gobierno velar por su desarrollo social, económico y humano, así como reducir la pobreza y garantizarles los servicios de agua potable, saneamiento, salud y educación, principalmente de niños y adolescentes, quienes están más expuestos a situaciones vulnerables.
Publicado en el diario EXPRESO, fecha 28 de agosto de 2010