El pasado 16 de enero, la empresa Pluspetrol Norte S.A. –filial de Pluspetrol Argentina– que opera en Loreto los lotes 8 y 1AB ocasionó un nuevo derrame de petróleo cerca al caserío San José de Parinari. Según sus representantes, se trató de un acto de sabotaje del oleoducto Nor-Peruano para chantajear la empresa, y reiteraron que en ningún momento el crudo afectó el río Marañón, sin embargo, 10 días después, las manchas fueron avistadas en sus aguas y a pesar de las investigaciones fiscales, se desconocen los resultados. Asimismo, el día 8 de este mes, desde el desagüe de la empresa Electro Oriente en Iquitos, se produjo un derrame de petróleo residual contaminando las aguas del río Itaya.
Recordemos que el 19 de junio de 2010, en la bahía Tiwinza, en Loreto, la barcaza Sanam III de la empresa Pluspetrol Norte S.A. sufrió un accidente en la localidad de Saramuro vertiendo al río Marañón –según dicha empresa– unos 400 barriles de petróleo (63,595 litros), el cual se extendió hasta 100 kilómetros contaminando sus aguas por más de 6 comunidades del bajo Nauta. Muestras tomadas por el Instituto de Investigación de la Amazonía Peruana (IIAP) determinaron alta contaminación que superaba en 500% los límites permisibles de concentración de hidrocarburos (10 partes por millón).
Los continuos derrames de petróleo en la Amazonía, además de afectar gravemente la salud de los pobladores, impactan contra el ecosistema ambiental y su biodiversidad. Existen denuncias de la Federación de Comunicativas del Corrientes (feconaco) que Pluspetrol Norte ha provocado 16 derrames de petróleo en el 2009 y 18 en el 2008, contaminando, además de ríos, extensas áreas de quebradas y suelos. Del mismo modo, se han reportado muchos casos de enfermedades por los derrames, y pobladores de las comunidades nativas afectadas han realizado protestas bloqueando los ríos Marañón y Corrientes.
Bajo este panorama, las empresas petroleras deben implementar adecuadas estrategias de control con estrictas medidas de seguridad y máximos niveles de prevención; y en caso de ocurrir un derrame, las autoridades competentes deben sancionar estos hechos con ejemplares multas indemnizatorias, y además se debe monitorear integralmente y en el largo plazo los efectos de los daños ambientales. Es importante resaltar que el día 14 de este mes un juez ecuatoriano falló contra la petrolera estadounidense Chevron Corporation imponiéndole una millonario pago de US$ 9,500 millones para indemnizar a las comunidades indígenas, por ser responsable de graves daños ambientales en la Amazonía ecuatoriana durante su explotación de petróleo entre 1972 y 1990.
Publicado en el diario EXPRESO, fecha 26 de febrero de 2011