Entre los días 25 y 29 del presente mes se llevó a cabo en Porto de Galinhas, Recife, estado de Pernambuco, Brasil, el XIV Congreso Mundial del Agua organizado por la Asociación Internacional de Recursos Hídricos (AIREH), cuya temática se ha dirigido hacia la “Adaptación de la Gestión del Agua: Mirando el Futuro”. El evento que convocó a 850 participantes de 56 países del mundo, tuvo como meta advertir que los nuevos desafíos de los recursos hídricos, tales como el cambio climático, el ritmo de crecimiento poblacional y urbano, su deficiente uso, así como su injusta distribución, pondrán en riesgo su conservación, por lo que debe considerarse una nueva concepción de gestión del recurso.
Bajo estas importantes consideraciones, evaluemos la situación de este vital recurso en el Perú. Contamos con 159 cuencas hidrográficas que proporcionan al país 2 billones de m3 de agua al año, pero a la costa apenas llega el 1.8% (37,300 millones de m3) para una población que cubre el 65% del país, con pésimos hábitos de consumo y mal tratamiento de aguas servidas –solo en Lima se vierten 400 millones de m3 al año–. Además, muchas cuencas están en mal estado por inadecuadas prácticas agrícolas, sobrepastoreo y explotación irracional; también por tala ilegal de bosques, contaminación y problemas socioeconómicos e institucionales, y muchos de nuestros ríos son contaminados por residuos químicos y relaves de la minería o por desechos industriales y orgánicos arrojados a sus cauces.
Según el último estudio del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) –Perú, abril de 2010–, además de la contaminación industrial de desechos sólidos y por desagües, nuestras cuencas son amenazadas por el cambio climático que podría terminar con los glaciares andinos que les dan su origen. Para el 2015 gran parte de éstos se estarían agotando ya que en las últimas décadas han perdido unos 2,000 km2 de hielo, equivalentes al 20% de la superficie de todos los glaciares del planeta, y a un volumen de agua que Lima consume en 10 años. Asimismo, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), advierte que en la región nuestro país sufrirá las mayores restricciones en el suministro de agua a partir del 2025, considerando que la agricultura usa más del 80%, consumo humano 12%, industria 6% y minería 2%.
Bajo este panorama, nuestro país debería invertir mayores presupuestos en la modernización de la gestión y empleo de nuevas tecnologías para la reutilización del agua de consumo humano, tratamiento de aguas servidas, almacenamiento de agua, mejoramiento de control y protección de las cuencas, optimización del sistema de riego para la agricultura, aprovechamiento las aguas subterráneas, entre otros, con el fin de que el uso de nuestros recursos hídricos sea equilibrado y su manejo sostenible para el futuro.