Recordemos que la Universidad estadounidense de Yale retuvo por más de un siglo 46,362 piezas de nuestro patrimonio cultural extraídas de Machu Picchu, de las que hasta la fecha solo han sido devueltas 1,543, faltando repatriar 44,819. Pero ahora tenemos pendiente otro caso con Suecia, que desde hace más de 80 años se ha apropiado ilícitamente de 89 textiles de Paracas de más de 2 mil años de antigüedad, una de las máximas expresiones artísticas prehispánicas y de valor incalculable que mantienen retenidos en el Museo de Culturas del Mundo en Gotemburgo desde el año 1930, en que un cónsul sueco los adquirió de manera ilegal y los donó a esa ciudad. Suecia argumenta que en la fecha que salieron los textiles no habían leyes peruanas que protegieran el patrimonio cultural, y asimismo, que dicho museo detenta formalmente la propiedad de los mismos.
El pasado 5 de julio el gobierno peruano inició una acción penal para lograr la recuperación de los textiles, y aunque la actual alcaldesa de la ciudad de Gotemburgo ha expuesto su intención de devolverlos, falta un debate municipal que toma tiempo, y su entrega estaría condicionada al compromiso de su adecuada conservación. Se trata de un largo proceso en el que el actual gobierno debería lograr su repatriación.
Pero también con Suecia hemos tenido anteriormente una amarga experiencia. El ex embajador de ese país en el Perú, Ulf Lewin, conocido coleccionista de piezas arqueológicas precolombinas y antigüedades, amparándose en su inmunidad diplomática, cometió tráfico ilícito de objetos arqueológicos pertenecientes a nuestro patrimonio histórico y cultural. Cuando concluyó sus funciones el 25 de febrero de 2000, fue condecorado al mérito por servicios distinguidos con el “Sol del Perú”, pero al constatarse su delito, la presea le fue oficialmente retirada el 15 de diciembre con RS 594-2000-RE.
Bajo este panorama, nuestro país es el más afectado por robos arqueológicos en América Latina –según el Dr. Walter Alva, descubridor de las tumbas reales de Sipan y uno de los arqueólogos más connotados del mundo, lo perdido alcanza hasta un 60% de nuestra riqueza arqueológica–. Es sorprendente la cantidad de bienes culturales que salen ilícitamente del país hacia EE UU, Alemania, Francia, Italia, Brasil, Argentina y Bolivia.
Solo entre 2010 y marzo de 2011 se registraron más de 1,300 robos y continúan como “perdidos”, lo cual seguirá ocurriendo mientras no se registren en inventarios, resguarden y controlen todos los bienes culturales, tanto privados, como de los museos, iglesias, santuarios y municipalidades, así como de todos los sitios arqueológicos del Perú para evitar la huaquería, excavación, destrucción y saqueo, lo cual difícilmente se logrará sin voluntad política y con los paupérrimos US$ 60 millones de presupuesto anual asignados para todo el manejo cultural de nuestro país.
Artículo de Alfredo Palacios Dongo, publicado en el diario EXPRESO, fecha 10 de marzo de 2012