La
energía se ha convertido en una gran preocupación geopolítica en el mundo
debido a factores como el cambio climático, el elevado precio del petróleo, las
bajas reservas de combustibles alternos, el incremento de demanda energética,
los liderazgos, intereses, tensiones vecinales y diferencias históricas de los
países, nacionalismos, estatismos, ausencia de instituciones regionales
sólidas, malas gestiones energéticas, entre otros.
En
el Perú el sistema energético, además de escaso (3 millones sin acceso en zonas
rurales) es muy frágil debido a que casi el 50% de la electricidad depende del
gas de Camisea, por lo que resulta imprescindible proyectar la construcción de
nuevas centrales hidroeléctricas (superando problemas socio-ambientales),
nuevas líneas de transmisión, y plantas de energía renovable para diversificar
la matriz energética y asegurar su abastecimiento, entre ellas, la energía
geotérmica es una importante fuente alternativa limpia.
La
energía geotérmica se obtiene del calor interior de la tierra mediante
perforación de pozos para conducir el vapor a alta presión de la corteza
terrestre hacia una planta en la superficie para hace girar una turbina y
producir energía eléctrica. Mientras la energía solar depende del sol, la
eólica del viento, la hidroelectricidad del agua, éstos elementos no siempre
están disponibles, en cambio, la geotérmica puede ser aprovechada desde el
subsuelo con altos factores de utilización, de forma permanente y previsible.
Nuestra
capacidad energética bordea 6,500 MW y la
demanda es de unos 6,000 MW, pero si el crecimiento eléctrico se
mantiene, esta se duplicaría en 10 años. Para la generación de energía
geotérmica contamos con un gran potencial por nuestra ubicación en el Cinturón
de Fuego del Pacífico. Según la Agencia Internacional de Cooperación del Japón
son explotables 3,000 MW (el 50% de la demanda actual) en diversos campos
geotérmicos de aguas termales y en el eje volcánico sur, principalmente en
Arequipa, Moquegua, Cusco, Puno y Tacna.
Bajo
este panorama, en el Perú contamos desde hace 15 años con la ley N° 26848
(julio 1997) “Ley Orgánica de Recursos Geotérmicos” y su Reglamento aprobado el
2006 y reemplazado el 2010. Esta normatividad converge en el aprovechamiento de
esta energía de la que el Estado promueve su desarrollo para asegurar el
crecimiento, bienestar de la población y la diversificación energética, sin
embargo, a pesar del gran potencial con que contamos y sus excelentes bondades
para el medio ambiente, es muy poco lo que se ha avanzado en la fase de estudio
y exploración, así como para promover en el país una base técnica-científica en
dichos recursos geotérmicos.
Artículo
de Alfredo Palacios Dongo publicado en el diario EXPRESO, fecha 1 de diciembre
de 2012