Recordemos
que hace 100 años, en octubre de 1912, el expedicionario estadounidense, Hiram
Bingham, inició el traslado de una cantidad indeterminada de piezas
arqueológicas del Santuario arqueológico de Machu Picchu hasta la Universidad
de Yale (UY) en Estados Unidos –sin inventario ni control alguno, y de manera
temporal por un año– para su investigación y estudio.
Fue
una grave desidia del Estado peruano, que recién después de 90 años (en el 2003)
y por presión de diversas instituciones culturales nacionales e internacionales
y de la ciudadanía en general, el gobierno inició las primeras gestiones para
recuperarlas, con intentos de acuerdos con la UY y demandas judiciales,
lográndose el 2008 que una comisión del Instituto Nacional de Cultura del Perú
(ahora Ministerio de Cultura) constate el inventario del patrimonio que ascendía
a 46,322 piezas, entre cerámicas, contextos funerarios, restos óseos, objetos
de piedra y metal, vasos, restos de fauna, y fragmentos.
Es
así que nuestro patrimonio prehispánico, ilegal e injustamente retenido por la
UY por casi 100 años (con un incendio en la década de los 60 que afectó muchas
piezas) comienza a ser devuelto en marzo de 2011 para ser trasladado al museo
Machu Picchu de la Casa Concha de la Universidad San Antonio Abad del Cusco.
Aunque no existen cifras oficiales, la UY ha realizado 3 envíos: el primero el 30
de marzo de 2011 con un lote de 363 piezas (según el ex Canciller José García
Belaunde); el segundo, el 14 de diciembre de 2011 con un lote de 170 osamentas
(según el miembro de la comisión de traslado, Cayo García), y el tercero y último,
el 12 de noviembre pasado, con 35,000 fragmentos de cerámicos y líticos no
museables, según Blanca Alva, Directora de Fiscalización y Control del Ministerio
de Cultura.
A
pesar que dicha funcionaria manifestó que con este último envío se cumplía el
acuerdo entre el Gobierno peruano y la UY, el conteo total de las piezas
recibidas asciende a 35,533 (de las cuales solo 360 han sido exhibidas), pero
de acuerdo al inventario del año 2008 (46,322 piezas) falta la devolución de 10,789.
El gobierno debería requerir a la UY la devolución de dichas piezas faltantes,
así como de toda la documentación, estudios, informes, fotografías y resultados
obtenidos por esta universidad durante los 100 años de investigación, los que
son de vital importancia para desentrañar el misterio del origen de las ruinas
y asimismo para entender el secreto del pasado y vida de los pobladores de
nuestra cultura inca.
Artículo
de Alfredo Palacios Dongo publicado en el diario EXPRESO, fecha 29 de diciembre
de 2012