Artículos de opinión de Alfredo Palacios Dongo

ESPANTOSA DESTRUCCIÓN DE NUESTROS BOSQUES

La embajadora de EE UU en el Perú, Rose M. Likins, manifestó en reciente entrevista que cuando el gobierno tenga lista su estrategia de prevención de deforestación apoyarán el problema “porque es espantoso”. Efectivamente, la destrucción de nuestros bosques es espantosa porque siendo el 9° país en el mundo con mayores bosques (2,500 especies de madera) y 2° en Sudamérica, deforestamos anualmente 160,000 hectáreas –inclusive zonas naturales protegidas– por minería ilegal, cultivos de coca (narcotráfico), tala ilegal, agricultura migratoria, ganadería, construcción de carreteras, etc.

Según el coordinador de la FAO, José Dance, el 80% de nuestros bosques están en emergencia por acciones extractivas e informales estando seriamente afectados Madre de Dios, Loreto, Ucayali, San Martín, Cusco, Junín y Tacna. Contrariamente nuestra reforestación es insignificante, además, de nuestras 69 millones de hectáreas forestales, mínimamente 547 mil están certificadas en manejo forestal responsable. 

La minería ilegal devasta nuestra Amazonía, su producción anual de oro llega a 20 toneladas y exporta US$ 2 millones. Las interdicciones no son permanentes y es deficiente el control de insumos y maquinarias. Somos el mayor importador regional de mercurio (altamente tóxico) usado principalmente en extracción ilegal de oro. La formalización de mineros artesanales está paralizada porque el gobierno negocia en lugar de aplicar la ley. Increíblemente en julio pasado el Congreso excluyó la minería ilegal de la ley contra el crimen organizado.

También el narcotráfico aniquila nuestros bosques, en las 4 últimas décadas el cultivo de coca para elaboración de cocaína ha deforestado 2.5 millones de hectáreas afectando su flora y fauna (para sembrar una hectárea de coca se talan y queman 3 hectáreas de bosques). Sus agroquímicos e insumos han degradado e inutilizado 200,000 hectáreas de tierras, cuyos desechos tóxicos, arrastrados por las lluvias, contaminan los ríos.

A pesar de esta dramática situación nos regimos por la Ley Forestal 27308 de hace 13 años (julio 2000) que agravó el problema por otorgamiento de concesiones sin adecuada supervisión y control, por debilidad institucional, escasez de capital humano, financiero y físico, además del desorden, informalidad y corrupción del ámbito forestal. En julio 2011 se aprobó una nueva Ley 29763, pero no puede aplicarse por falta de reglamento, y asimismo, recién hace 2 meses, inoportunamente, fue aprobada la Política Nacional Forestal y de Fauna Silvestre, porque en base a ésta debió elaborarse la nueva ley.

Artículo de Alfredo Palacios Dongo publicado en el diario EXPRESO, fecha 5 de octubre de 2013


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