Los
últimos resultados del Programa para Evaluación Internacional de Alumnos (PISA
2012), donde nuestros alumnos de 15 años ocuparon el último puesto –entre 65
países– en lectura, matemáticas y ciencia, así como los pésimos resultados en
Evaluaciones Censales Nacionales –según el último ECE 2012 solo 3 de 10 alumnos
comprenden bien las lecturas, y 1 de cada 10 resuelve operaciones matemáticas–,
nos demuestran los bajísimos niveles de aprendizaje escolar, agravándose en zonas
rurales, situación que se está convirtiendo en cuestión de emergencia nacional.
Pero
en la problemática de educación rural existen graves desigualdades que afectan,
sobre todo, a niños y adolescentes de pueblos indígenas de zonas andinas y
amazónicas, donde hay más de 50 pueblos con 47 lenguas originarias y 17
familias lingüísticas.
Según
el último Informe de la Defensoría del Pueblo N° 163 “Avances y desafíos en implementación
de Política en Educación Intercultural Bilingüe 2012-2013” (EIB) no existen
suficientes docentes capacitados en lenguas nativas y hay casos de
contrataciones sin dominio del idioma originario y desconocimiento de su
cultura. Del millón de alumnos indígenas en inicial, primaria y secundaria,
solo el 50% recibe educación a cargo de
especialistas en EIB, el otro 50% de profesores hispanohablantes o lenguas
diferentes, lo cual afecta la interacción y aprendizaje.
Además,
no están completos los documentos orientadores de diversificación curricular
afectando los procesos de aprendizaje lingüísticas y culturales, también
existen problemas en elaboración de materiales educativos para las distintas
realidades culturales y lingüísticas, y, asimismo, el Ministerio de Educación
(Minedu) aún no ha definido el perfil profesional ni funciones específicas que
debe desarrollar el especialista en EIB.
Bajo
este panorama en que la cobertura de la EIB alcanza apenas 11.6%, y, según el Minedu, el 46% de
indígenas en edad escolar no está matriculado en una institución educativa, el
derecho educativo de los pueblos indígenas no está garantizado poniéndose en
riesgo su formación y futuro (solo 1 de cada 10 llega a completar el proceso
educativo), a pesar que en los 2 últimos años el Minedu contó, para este fin,
con un elevado presupuesto (S/. 2,000 millones).
La
histórica exclusión de los pueblos indígenas exige del Estado redoblar
esfuerzos para mejorar la educación lingüística y cultural, y reducir las
graves brechas educativas interculturales en matrículas, docencia, currículos,
cobertura, materiales educativos, infraestructura, nutrición, salud y saneamiento
básico.
Artículo
de Alfredo Palacios Dongo publicado en el diario EXPRESO, fecha 21 de diciembre
de 2013