Desde
que asumió el gobierno el presidente Ollanta Humala ha repetido insistentemente
que no solo debemos exportar minerales pues el desarrollo del Perú debe basarse
en la industrialización de las actividades productivas, además, en su Plan de
Gobierno 2011-2016 promete “la transformación de la producción industrial”
sustentada en los mercados internos, ampliando los externos, reduciendo costos
unitarios mediante aumentos sistemáticos de productividad para ganar
participación competitiva en mercados mundiales.
La
crisis económica mundial nos está obligando a replantear nuestro rudimentario modelo
primario exportador hacia una industrialización que permita transformar los
recursos naturales y materias primas semielaboradas en bienes de consumo y
producción con alto valor agregado e innovación, sin embargo, a pesar de
tratarse de una acción prioritaria e indispensable, poco se ha avanzado.
Hace
años el Ministerio de la Producción inició el análisis y levantamiento de
información para la elaboración de un Plan Nacional de Desarrollo Industrial
(PNDI), el cual, según la ministra Gladys Triveño, debió estar listo el primer
semestre pasado; según el presidente Humala debió estar listo el 28 de julio,
pero nuevamente ha postergado su lanzamiento, lo cierto es que sobran anuncios
pero no se concreta.
Bajo
este panorama, nuestra industria –indispensable para crecer, crear empleos y
reducir la pobreza– se desarrolla básicamente en 6 grandes ciudades,
principalmente en Lima, y crece muy por debajo de la economía. Según la
Sociedad Nacional de Industrias (SNI), durante 2012 la economía creció 6.29% y
el sector industrial solo 2% (este año sería menor), asimismo, nuestro peso industrial
representa 15% del PBI, muy retrasado respecto a países desarrollados (24% a
25%), y en total de exportaciones representa 15%, a diferencia del 50% a 70% de
países que impulsan el sector manufacturero (o No Tradicional).
Requerimos
de muchas acciones previas, simultaneas y/o complementarias para que la
industrialización pueda consolidarse en el mediano y largo plazo:
1)
Debe considerarse como política de Estado;
2)
Indispensable vinculación normativa y de accionamiento de ministerios
involucrados;
3)
Incluir alto componente tecnológico;
4)
Mejorar nuestra deficiente productividad y competitividad;
5)
Potenciar el capital humano (desde niveles educativos);
6)
Priorizar los sectores a industrializarse;
7)
Enfrentar el enorme nivel de contrabando y subvaluación;
8)
Invertir en infraestructura;
9)
Involucrar a las Mypes en el proceso; y
10)
Resolver los cientos de trabas burocráticas que afectan el desarrollo de
empresas industriales.