El
fallo de la Corte Internacional de Justicia sobre nuestra demanda contra Chile por
los límites marítimos nos ha reconocido un territorio marítimo de 50,284 km2 a
80 millas de costa. El gobierno y los partidos políticos hablan ahora de este
nuevo espacio marítimo como un gran logro para el país, y el primer ministro
Villanueva ha anunciado la iniciación de trabajos de investigación en esta nueva
zona marítima.
Sin
embargo, debemos reflexionar sobre los motivos por los que increíblemente nuestro
país no cuenta con una política marítima nacional a pesar de tener un vasto
litoral de 3,080 kilómetros de longitud y más de 1’140,000 km2 de territorio
marítimo con una altísima densidad de biomasa –alrededor de 800 especies
marinas– así como diversos y cuantiosos recursos minerales, además de espacios
acuáticos (19,000 kilómetros de ríos navegables y más de 5,000 km2 navegables
en el lago Titicaca).
Nuestro
país ha vivido secularmente de espaldas a la realidad marítima y no ha usado su
espacio marítimo como una plataforma propicia para la expansión de la acción
del Estado. Tal como existe en la mayoría de naciones con litoral del mundo, lamentablemente
en el Perú no contamos con una política marítima nacional que constituya una
respuesta procesada y sistematizada a nuestro desafío y realidad marítima que
nos permita integrar nuestro mar, ríos y lagos navegables como parte importante
de un verdadero espacio de crecimiento y desarrollo.
Actualmente
los ministerios involucrados en actividades del ámbito marítimo (Relaciones
Exteriores, Defensa, Ambiente, Comercio Exterior y Turismo, Producción,
Transportes y Comunicaciones) cuentan con políticas sectoriales no articuladas
e integradas y muchas veces contrapuestas –también sucede con los estamentos
públicos y privados– evidenciándose la existencia de áreas o puntos de
conflicto, ya sea por motivo de intereses, normas o legislación
contradictorias, o falta de coordinación.
Bajo
este panorama es imprescindible el tratamiento de un modo global de todos los
aspectos relativos al uso marítimo debiendo establecerse objetivos y líneas de
acción a través de una impostergable política marítima nacional, la cual debe
contener principios fundamentales de coordinación y articulación a nivel
nacional, sectorial, regional y local, para lograr el uso y explotación
integral de nuestro ámbito marítimo promoviendo y fortaleciendo todas las
actividades vinculadas con el mar y espacios acuáticos, y orientándola hacia el
bien común de la población y desarrollo de nuestro país.
Artículo
de Alfredo Palacios Dongo publicado en el diario EXPRESO, fecha 1 de febrero de
2014