Es
muy grave la situación política, económica y social en Venezuela, crecen las
denuncias contra el gobierno de Nicolás Maduro por vulneraciones de libertades
públicas y derechos humanos, sumado a la inseguridad del país. El pasado día
12, tras las protestas estudiantiles del “Día de la Juventud” en Caracas y
otras ciudades –las mayores en este período de Maduro–, se alcanzó la expresión
extrema de violencia produciéndose 6 lamentables muertes de civiles y la
detención del opositor Leopoldo López por el Servicio Bolivariano de
Inteligencia. El gobierno declara estas protestas como “golpe fascista para
derrocarlo”, lo que ha aumentado la polarización al máximo.
En
el campo militar, la “doctrina militar bolivariana” está basada en principios
de “guerra popular de resistencia” y “participación permanente en seguridad
ciudadana y orden interno”. La Fuerza Armada Nacional Bolivariana, además del
Ejército, Armada, Aviación militar y Guardia Nacional, cuenta en su
organización desde 2008 con la “Milicia Bolivariana”, creada por concepción
particular del entonces presidente Hugo Chávez: “no hay mejor inteligencia que la del propio pueblo, las redes
populares, entonces…la Milicia tiene que ser eso, el pueblo en armas”.
Esta
milicia que cuenta con unos 100 mil efectivos alberga en su interior la
“milicia territorial” –definida como el “pueblo en armas”– y los “cuerpos
combatientes” –miembros de instituciones públicas, universidades o empresas–, tienen
ascensos militares y reciben entrenamiento con fusiles, lanzacohetes y
explosivos, y en la práctica serían el brazo armado de la revolución.
A
pocos meses de asumir el gobierno, el presidente Nicolás Maduro anunció que para
fortalecer y garantizar la estabilidad de la “Revolución Bolivariana”, su meta
es llegar a 500 mil milicianos el 2015 y un millón el 2019, y además ha
ordenado a los altos mandos castrenses crear con los trabajadores las “Milicias
Obreras”.
Bajo
este panorama, la vocación democrática que necesita recuperar este país para
superar su grave crisis está muy lejos de lograrse, principalmente por el
enjambre de concientización ideológica transmitida por Hugo Chávez durante sus
14 años de gobierno (2 feb.1999 – 5 mar. 2013) con su ideología revolucionaria
radical –alineada con Cuba e Irán– transmitida lentamente a gran porcentaje de pobladores
(incluyendo los sectores educacional y laboral) hacia el camino de la
“Revolución Bolivariana” basada en su proyecto “socialismo del siglo XXI”, que
ahora escrupulosa y fielmente continúa su sucesor Nicolás Maduro.
Artículo
de Alfredo Palacios Dongo publicado en el diario EXPRESO, fecha 22 de febrero
de 2014