Primero
fue la Universidad estadounidense de Yale reteniendo ilegalmente más de 40,000 piezas
prehispánicas extraídas de Machu Picchu, que después de 100 años, según nuestras
autoridades –sin entregar cifras oficiales– hemos recuperado su totalidad (46,322
piezas), pero según conteo de los 3 envíos de dicha universidad (30 marzo 2011,
14 diciembre 2011 y 12 noviembre 2012) han devuelto solo 35,533 faltando
restituirnos 10,789, además, deben entregarnos estudios, información de campo, fotografías
y otros documentos de vital importancia para descifrar el origen de la ciudadela.
Actualmente
en Suecia, en el Museo de Culturas de Gotemburgo, son retenidos ilegalmente desde
hace más de 80 años, 89 textiles de la cultura Paracas de incalculable valor,
con diseños y colores intactos a pesar de su antigüedad (más de 2,000 años),
los cuales fueron enviados entre 1931 y 1933 como contrabando a Suecia por el
cónsul Sueco en el Perú, Sven Karell, quien los donó al Departamento de Etnografía
del museo, donde son exhibidos en una exposición “Un Mundo Profanado” con piezas
culturales de tumbas profanadas y saqueadas.
Recién
el 2008 Perú inició gestiones ante Suecia para recuperarlos, en julio 2011 el
gobierno planteó demandar a dicho país, y en setiembre 2011 viajaron 9 días a
Estocolmo 3 funcionarias de Cultura para conseguir su repatriación. Según las
autoridades suecas reconocen que somos legítimos propietarios manifestando
desde hace 3 años su intención de devolverlos. Nuestro Ministerio de Cultura en
octubre 2011 afirmó que “como asunto resuelto” se recibiría el primer lote de
20 textiles para trasladarlos al Museo Regional de Ica, sin embargo, hasta la
fecha no han sido devueltos.
Bajo
este panorama, la creación del Ministerio de Cultura (julio 2010) no ha
mejorado el fomento de la cultura ni la conservación y protección de nuestro
patrimonio cultural. Con indignación vemos como son subastadas muchas piezas arqueológicas
en el extranjero, o como zonas intangibles son invadidas, saqueadas o
destruidas, o como son pintados monumentos o muros inca.
Lamentablemente
el tráfico de nuestra herencia cultural representa el segundo comercio ilegal
después de la cocaína. Según el arqueólogo peruano, Walter Alva, descubridor de
las tumbas del Señor de Sipán, “lo perdido de nuestro patrimonio alcanza hasta
60% de nuestra riqueza arqueológica”.
Increíblemente
tratamos de alcanzar el desarrollo solamente con índices macroeconómicos, lo
cual será imposible si mantenemos tan frágil y mermada nuestra formación y
protección cultural.
Artículo
de Alfredo Palacios Dongo publicado en el diario EXPRESO, fecha 3 de abril de
2014