El
pasado día 2 el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) presentó
su Informe técnico “Evolución de la Pobreza Monetaria 2009-2013”, en el cual se
registra que el 2013 la pobreza monetaria se redujo 1.9% respecto a 2012 (de
25.8% a 23.9%) equivalente a que 491 mil personas abandonaron la situación de
pobreza.
Mucho
ha resaltado el gobierno esta reducción, y hasta el presidente Humala manifestó
que se siente orgulloso por ello, sin embargo, el análisis de estas mediciones nos
pueden hacer ver otras aristas sobre la situación real de la pobreza en nuestro
país que abarca todavía una altísima cantidad de personas (7.3 millones),
además, en 8 de 24 regiones aumentaron los niveles de pobreza.
En
la medición de la pobreza del INEI el marco muestral nacional es de menos de 30
mil hogares encuestados, y para determinar la incidencia de pobreza, utiliza el
método de medición “líneas de pobreza monetaria”, considerando como base 2
canastas básicas mensuales: “alimentación”, y “bienes y servicios”. La primera
canasta cubre un mínimo de requerimientos de energía alimentaria, asignándosele
un valor de S/.155, y la segunda, de bienes y servicios, S/.292 para cubrir
todas las demás necesidades (vestido, vivienda, salud, enseres, transporte,
educación y otros).
Una
persona no es considerada pobre si puede cubrir el costo de ambas (S/:447),
mucho menos que una remuneración mínima vital de S/.750. Asimismo, no es
considerada pobre extrema si puede cubrir el valor de la alimentación (S/.155),
y aun así, 1.4 millones de personas no cubren esta mínima cantidad.
Otras
preocupantes aristas muestran que 48.7% de los pobres mayores de 15 años solo
estudiaron algún o ningún año de primaria; la población rural representa una
cuarta parte de la total pero concentra 49.3% de los pobres del país; solo la
Sierra tiene 47.2% de pobres; en el área rural son pobres más del 50% de niños
menores de 15 años; a nivel nacional la pobreza afecta a 35.5% de niños menores
de 5 años.
Y
en los hogares pobres, solo 33% tienen servicio de desagüe, 36% utilizan leña
para cocinar; 13.2% utilizan velas para alumbrarse, 39% no cuenta con red
pública de agua y 21.5 % usan agua de río, acequia, manantial o similar; 66.8%
de viviendas tienen piso de tierra y 47% paredes de adobe o quincha.
Artículo
de Alfredo Palacios Dongo publicado en el diario EXPRESO, fecha 10 de mayo de
2014