De
las 24 regiones del país, 13 cultivan coca ilegal desde donde se obtienen hojas
secadas al sol usadas –más del 90%– por narcotraficantes para elaboración de
toda la droga producida, y éstas solo disminuyeron de 128,739 toneladas (2012)
a 121,242 el 2013 (-5.8%), mucho menor en proporción a la reducción de cultivos.
El
problema se agrava en el VRAEM, sus 19,965 hectáreas de coca ocupan todos los
suelos donde es posible cultivarla y representan 38.5% del total nacional, sus
cultivos son manejados con tecnología y agroquímicos obteniendo el más alto
rendimiento y productividad por hectárea (4 toneladas de hoja seca por hectárea
cultivada con 4 cosechas anuales) produciéndose 57.3% del total nacional y derivada
totalmente al narcotráfico para elaboración de cocaína.
Es
preocupante que desde 2009 la UNODC no dé resultados sobre nuestra producción de
cocaína, el último lo publicó el 2008 registrando 302 toneladas 100% pura, en
aquel año, equivalente al 36% de la producción total mundial (845 toneladas) e
increíble e inexplicablemente, desde hace 5 años, argumenta que se encuentran
en revisión los factores de conversión.
Por
la alta productividad de cultivos y mejoras en elaboración de pasta básica y
clorhidrato se calcula que podríamos estar produciendo entre 350 y 400
toneladas anuales, y de ellas, el 2013 solamente se incautaron 24 (Colombia, el
2012, de 300 toneladas incautó 188).
Bajo
este panorama seguiremos ocupando muchos años más el indignante primer puesto
del mundo como productores y exportadores de cocaína, mientras:
1)
No se evite el ingreso de insumos químicos a las cuencas cocaleras
(especialmente al VRAEM);
2)
No se incremente el esfuerzo y operativos para incautaciones, destrucción de
laboratorios y captura de narcotraficantes;
3)
No se controlen eficazmente las rutas de salida de drogas, terrestres,
marítimas (embarcaciones, contenedores), aéreas (aeropuertos, puentes aéreos),
fluvial y lacustre; y
4)
No se combata frontalmente la microcomercialización.
Artículo
de Alfredo Palacios Dongo publicado en el diario EXPRESO, fecha 21 de junio de
2014