Durante
el último mensaje el presidente Humala abordó el tema de la educación como primer
y gran compromiso para contar en el bicentenario con educación de calidad,
anunciando el incremento del presupuesto en 0.5% del PBI, que representaría (para
2015) 3.5% del PBI, todavía uno de los menores porcentajes en Latinoamérica (el
ideal sería 6%).
Pero
además, la transformación educativa requiere indefectiblemente de ciencia,
tecnología (C&T) y de TICs (tecnología de la información y comunicaciones),
sin embargo, el presidente no trató absolutamente el tema (en el mensaje 2013 enfatizó
que no había futuro sin progreso científico). Por más que aumenten presupuesto
para educación, si no invertimos sustantivamente en C&T no contaremos con
esta indispensable herramienta para capacitación de docentes para enseñanza, ni
con el componente para aprendizaje de alumnos (autonomía, creatividad, capacidades).
Cuando
el presidente se refirió al Plan Nacional de Diversificación Productiva resaltó
que el Estado asumirá rol identificador (con el sector privado) de los sectores
de mayor potencial para darles condiciones para su despegue con herramientas
modernas de C&T e innovación, pero no indicó cuáles herramientas ni cómo se
desarrollaría, considerando que nuestro nivel de capacidad en este campo es
demasiado pobre.
Tampoco
explicó cómo se adquirirían dichas herramientas, ya que solo asignamos para C&T
e innovación un ínfimo porcentaje, de los más bajos de la región (0.15% del PBI),
lo cual limita incrementar valor a los procesos productivos nacionales y además
agotará cualquier avance diversificador. En Julio de 2012 el presidente Humala
se comprometió a incrementar al 2016 dicho porcentaje hasta 0.7% del PBI, pero
para cumplirlo debió haber asignado un considerable monto este año, lo que no sucedió.
Bajo
este panorama nuestro país, en comparación con economías emergentes y países
latinoamericanos de nivel similar de desarrollo, dedica mínimos recursos
públicos o privados a la C&T (falta cooperación pública-privada) y no se
fomenta la innovación (según los empresarios su costo es demasiado elevado y
existe escasez de personal calificado)
Es
clamoroso nuestro déficit de investigación científica, no se incentiva ni
financia y hay pocos científicos y talentos en sectores importantes como
educación, salud o tecnologías, además, no contamos con centros de excelencia
ni parques tecnológicos y faltan laboratorios, menos del 2% de empresas y un
mínimo de universidades realizan actividades rescatables en este campo, y menos
contamos con un ecosistema de emprendimiento.
Artículo
de Alfredo Palacios Dongo publicado en el diario EXPRESO, fecha 2 de agosto de
2014