Después
de 3 años dejó sorpresivamente el cargo el ex ministro de Economía y Finanzas,
Luis Castilla –calificado por The Economist como el “miembro más poderoso del
gobierno”–, según él “por motivos estrictamente personales”, pero coincide con
una marcada desaceleración del crecimiento (PBI) y serias denuncias de lobbies.
En
julio 2011 Castilla inicio su gestión recibiendo un PBI que desde 2010 crecía
encima de 7% pero 3 años después (junio 2014) lo redujo hasta 0.3%, la menor
tasa mensual en 5 años desde julio 2009 (-1.36%)
por la crisis global. En agosto pasado durante un Seminario Internacional, Castilla
reconoció que se demoró “un poco” en reaccionar para revertir la desaceleración,
pero que no había que “entrar en pánico” por el PBI, días después reconoció que
demoraría la “recuperación vigorosa”.
Su
renuncia también coincide con serias denuncias de lobbies (Cornejoleaks: 6,482
correos) que algunos lo aluden, y por el proyecto ley 3690/2014-PE que copia exacta
una página del recurso de apelación de la Corporación Lindley (Coca Cola) reclamando
reducir su contribución al Servicio de Parques (unos S/. 8 millones).
Castilla
nos deja con bajísima competitividad del sector exportador, con caída de
exportaciones en -10.4% (primer semestre 2014 respecto al 2013) y mostrando
resultados negativos 16 de las 23 regiones. Con un déficit comercial de US$
2,606 (se esperaba US$ 1,600 millones). Además una inversión privada con fuerte
desaceleración el 2014 (estimada en 5.5% pero reducida a 1.5%), y pública (15.4%
a 8.3%) habiéndose ejecutado solo 38% del presupuesto de inversiones hasta
agosto.
Nos
deja una presión tributaria estancada (15.4%) desde 2013 (imposibilitando
cumplir meta de 18% al 2016), y con caída de 11.8% a -2.7% en recaudación del IGV. Con tipo de cambio record en 4 años (S/.
2.864 por dólar) que puede incrementar la actual ya alta inflación de 3.33% (prevista
2% para 2014). Además nos deja muy relegados en ciencia, tecnología, innovación,
competitividad y capital humano porque nunca promovió su inversión, y con grave
informalidad laboral (70% de la PEA y 84.7% de las 5.2 millones de Mype)
Bajo
este panorama Castilla demostró grave falta de visión económica para reaccionar
ante una evidente desaceleración, además, el desarrollo de su gestión económica
no logró mantener un clima favorable a las inversiones, ni construir una
competitividad a favor de la productividad, ni crear empleo formal ni decente.
Artículo
de Alfredo Palacios Dongo publicado en el diario EXPRESO, fecha 20 de setiembre
de 2014