Artículos de opinión de Alfredo Palacios Dongo

GRAVE SITUACIÓN DEL RÍO RÍMAC

El río Rímac, que abastece de agua para consumo humano, agrícola y energético a más de 9 millones de limeños, nace en las alturas de Ticlio a 4,700 msnm, y es alimentado por las lagunas Ticticocha y Leoncocha con aguas cristalinas, pero en su recorrido de 140 kilómetros pasando por San Mateo, Matucana, Chosica y Ate, éstas llegan casi negras y muy contaminadas a la planta de tratamiento La Atarjea (distrito El Agustino).

Según la Autoridad Nacional del Agua (ANA) la cuenca está afectada por 965 fuentes contaminantes por arrojo de residuos sólidos y vertimientos de aguas residuales domésticas no tratadas (hay más de 500 tuberías), ocasionando elevada contaminación bacteriológica. El río recibe cada segundo más de 3 mil litros de aguas negras provenientes de desagües domésticos y residuos industriales y de riego, además de gran cantidad de metales tóxicos de muchos pasivos mineros.
  
A la bocatoma de la Atarjea llegan diariamente entre 30 y 40 toneladas de basura que deben ser filtradas, y sus aguas tratadas con enormes cantidades de cloro (10 cm3 por cada 50 litros). Increíblemente en los últimos meses Sedapal, con apoyo del Ministerio de Vivienda, ha extraído 200 mil toneladas de basura (de 320 mil proyectadas) desde el puente Huachipa en Ate hasta dicha bocatoma (5 kilómetros), pero ésta, lamentablemente, no se detendrá.

En 1968  se creó una “Zona Reservada del Valle del Río Rímac” de 28 kilómetros (Cercado de Lima, San Juan de Lurigancho, Ate y Chaclacayo), pero es inconcebible que actualmente las márgenes del río en dicha zona sean las más contaminadas. La ANA, después de 16 años, de manera casi utópica, habla de establecer una “faja marginal” en toda su extensión como “zona intangible”.

Bajo este panorama nada se ha avanzado en la recuperación del río Rímac y su contaminación continúa agravándose, a pesar que hace 2 años se creó una Comisión Multisectorial (DS 022-2012-AG), se suscribió un convenio con Corea, y un pacto entre la ANA, Municipalidad de Lima y gobiernos regionales de Lima y Callao, sin embargo, dicha Autoridad recién está coordinando la elaboración de un Plan Maestro de recuperación (cuyo proceso duraría más de una década y su presupuesto bordearía US$ 4,000 millones).

Así, es imposible que pueda cumplirse la (despampanante) Visión de la ANA al 2022: “Un río Rímac con vida, calidad y hermosura”.

Artículo de Alfredo Palacios Dongo publicado en el diario EXPRESO, fecha 1 de noviembre de 2014






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