El petróleo es
el principal recurso energético de nuestro país (64% de energía que consumimos
diariamente proviene de hidrocarburos), sin embargo, desde hace 33 años ha declinado
la producción en 66.5% –de 185 mil barriles diarios (bpd) en 1980 a 62 mil bpd
en 2013–. En el actual gobierno se redujo de 70 mil bpd (2011) a 62 mil (2013),
la menor en 20 años (el Ministro de Energía y Minas asegura que este año subirá
a 70 mil bpd, lo cual es improbable). Cubrimos solo un tercio de nuestro consumo
(180 mil bpd), obligándonos, con extrema dependencia, a importar 120 mil
barriles diarios.
Producimos mínimamente
considerando nuestro potencial: 740 millones de barriles de reservas probadas (además
363 millones probables y 440 millones posibles), zonas petroleras en 18
cuencas, principalmente en costa norte y zócalo (Cuenca Talara), y en la selva
(Cuencas Marañón y Ucayali).
Los últimos 2
años se retiraron empresas reduciéndose los contratos de 80 a 73, de éstos, 29 suspendidos
por “fuerza mayor” (aprobación de estudios de impacto ambiental, aspectos sociales
o permisos adicionales) afectando inversiones por US$ 2,500 millones. En dicho
período descendimos del puesto 94° al 106° en el ranking de competitividad
petrolera del Fraser Institute.
Bajo este
panorama, según el presidente Humala su gobierno apuesta por una explotación
petrolera moderna, pero sin exploración es imposible explotar. En 2013 solo se
invirtió US$ 515 millones en exploración, se perforaron 7 pozos y producimos 62
mil barriles diarios (en Colombia perforaron
115 y produjeron 1 millón de barriles diarios).
Se requiere voluntad
política y rol definido del gobierno para realizar profundas reformas al sector:
fomentar la inversión y actividades de exploración para aumentar la producción,
alcanzar la seguridad energética en hidrocarburos, incrementar nuestras
reservas totales (incluyendo recursos) que entre 2008 y 2013 cayeron 73.41% (de
5,810 a 1,545 millones de barriles), aumentar proyectos de desarrollo, mejorar
la transferencia tecnológica, brindar seguridad en zonas petroleras.
Además, fortalecer
la institucionalidad, reorganizar y repotenciar Petroperú (registra mínima
rentabilidad) para dirigir la modernización de la refinería de Talara (concluirá
el 2019 con inversión de US$ 3,500 millones, y para hacerla rentable se requerirá
mucho mayor producción de petróleo), también fortalecer a Perupetro –agencia de
promoción de inversiones del sector– para alcanzar su autonomía administrativa
y económica, y finalmente, generar una opinión favorable hacia el sector.
Artículo de Alfredo
Palacios Dongo publicado en el diario EXPRESO, fecha 22 de noviembre de 2014