El pasado día 22
estuvimos presentes, con orgullo y júbilo institucional, en la ceremonia de
bautizo y lanzamiento al mar de nuestro buque escuela a vela “Unión”, poniéndose
a flote al término de su primera etapa de construcción en los Servicios
Industriales de la Marina (SIMA) sede Callao, los que se iniciaron hace 2 años
(8 diciembre 2012 con la colocación de la quilla), para así continuar, a flote
y en dique, los trabajos de habilitación general hasta su conclusión, en
octubre 2015.
Ha pasado más
de un siglo (octubre 1913) desde que la Asociación Nacional Pro-Marina ya
proponía, como su primer objetivo patriótico, las acciones iniciales para la
adquisición de un buque escuela a vela, proceso que no pudo avanzar por el
estallido de la Primera Guerra Mundial (julio 1914).
Posteriormente se
convirtió en anhelo y objetivo institucional de todos quienes vestimos el
uniforme de Grau en épocas pasadas y actuales, pero lamentablemente fue una
demanda permanentemente postergada que obligó a la Marina a realizar la
instrucción práctica del personal naval en buques de otras características
(cargueros, fragatas) acondicionados para tal fin; en febrero 1985 se promulgó la
ley 29094 que declaraba de necesidad pública e interés nacional dotar a la
Marina de Guerra de un buque escuela a vela, pero tampoco tuvo efecto.
Dicho histórico
requerimiento fue hecho realidad recién en el actual gobierno, aprobándose oficialmente
el 8 diciembre 2012 la construcción de
este buque que cuenta con características que lo convierten en el más grande de
su tipo en América Latina: 115.75 metros de eslora (longitud), 3,200 toneladas
de desplazamiento, aparejo de 4 palos (altura equivalente a un edificio de 20
pisos), superficie de velas desplegadas: 3,400 m2 (área equivalente a media
cancha de futbol), y capacidad para una dotación de 250 efectivos.
Bajo este
panorama, nuestro buque a vela “Unión” optimizará la formación práctica y
manejo marinero de los jóvenes marinos en sus diferentes etapas de instrucción,
pero además será: un emblema de la patria; una notable embajada itinerante
alrededor del mundo; una eficaz herramienta para optimizar nuestras relaciones internacionales;
un orgullo de la industria naviera nacional (nacido de manos maestras del SIMA
que reinicia la construcción de embarcaciones de alto bordo); y un promotor de
nuestra ancestral y milenaria cultura y del potencial comercial, industrial y
turístico de la nación.
Artículo de Alfredo
Palacios Dongo publicado en el diario EXPRESO, fecha 27 de diciembre de 2014