Nuestro país
requiere de reformas estructurales integrales que mejoren la gestión del Estado
para ponerlo al servicio de la población y lograr el desarrollo, prosperidad y
consolidación democrática, sin embargo, éstas no se concretan principalmente
por falta en el gobierno de liderazgo político, capacidad de convocatoria y visión
de largo plazo, pero además, porque el Congreso y los partidos políticos no
ponen la suficiente voluntad y convicción para definir, formular, concertar, debatir,
impulsar y ejecutar las reformas requeridas para avanzar a la siguiente etapa
de desarrollo y progreso.
En el actual
sistema político la falta reformas influye sobre el creciente deterioro
institucional, el proceso de modernización, la gestión y ética pública y la
consolidación democrática, requisitos indispensables para alcanzar altos
niveles de crecimiento, desarrollo sostenido y bienestar poblacional con adecuada
atención de servicios públicos de calidad y de demandas sociales.
Requerimos de
muchísimas reformas estructurales para no quedarnos estancados, entre ellas:
Políticas (ley de partidos políticos, financiamiento estatal para partidos e institucionalización
de comicios internos, eliminación del transfuguismo, bicameralidad, distritos
uninominales para elección de congresistas, alternancia de género en cargos de
elección popular). Electorales (ley general de elecciones, eliminación del voto
preferencial, voto voluntario, voto electrónico, ley de revocatoria,
fiscalización de partidos, elevación del nivel de candidatos, derechos de
participación y control ciudadanos, revocatoria de autoridades). Estas reformas
políticas y electorales deberían concretarse antes del proceso electoral 2016.
También:
Corrupción (imprescriptibilidad de delitos e inhabilitación total a ejercer
cargos públicos con impedimento de postulaciones por voto popular);
Narcotráfico (narcopolítica, lavado de activos). Laboral (legislación e
inserción laboral, informalidad, sistema remunerativo, servicio civil –ley
recién reglamentada en junio 2014–). Educación (calidad educativa básica
infantil, gestión pedagógica descentralizada, visión de largo plazo, educación
rural e intercultural bilingüe, carrera docente, infraestructura).
Además: Salud (acceso
y calidad de servicios, seguro integral, asociaciones público-privadas, infraestructura
hospitalaria, residuos sanitarios). Justicia (reforma integral de administración
de justicia). Seguridad Ciudadana (estrategia integral, consejo nacional de
seguridad ciudadana, fuerzas de seguridad, sistema 24 x 24). Tecnología
(adopción tecnológica, innovación y competitividad, investigación y desarrollo),
y Descentralización (rediseño).
Bajo este
panorama la falta de adecuadas reformas estructurales no permite perfeccionar la
institucionalidad pública ni consolidar la democracia. Nuestro desprestigiado sistema
político y la falta de representatividad ciudadana de los partidos políticos,
tan cuestionados en sus reglas y procedimientos, requieren de urgentes y
profundos cambios.
Artículo de Alfredo
Palacios Dongo publicado en el diario EXPRESO, fecha 3 de enero de 2015