El pasado día 12 el Ministerio de Energía y Minas (MEM)
promulgó la RM 044-2015-MEM/DM con la que se dispone la remediación de 138
pasivos mineros de alto riesgo en Puno y Tacna procediéndose a su cierre. Sin
embargo se trata de una ínfima cantidad respecto a los 8,571 que según
inventario MEM-2014 existen en el país (50% de éstos considerados de alto y muy
alto riesgo).
Los pasivos
mineros –una dimensión no visibilizada de la minería– lo constituyen pozos, instalaciones
y restos mineros abandonados, relaveras, bocaminas, desmontes, escorias, tajos
y productos químicos que actúan en forma agresiva y silenciosa discurriendo durante
los periodos de lluvias y contaminando cabeceras de cuencas, ríos, suelos causando
graves daños en la salud de los pobladores, a la agricultura, ganadería y al
ecosistema circundante, pero a pesar de ello el Estado pone mínima atención
para remediarlos por lo que seguirán incrementándose (pasivos nuevos y antiguos
que siguen descubriéndose).
Durante el
actual gobierno aumentaron 1,724 (de 6,847 el 2011 hasta 8,571 el 2014) y
solamente se remediaron 475 (5.5%), 272 el 2012 y 203 el 2013, además de 138 recién
considerados, asignándose un irrisorio presupuesto de S/.45 millones, cuando lo
que se requeriría sería mínimo de S/.660 millones, según la Sociedad Nacional
de Minería, Petróleo y Energía (SNMPE).
La ley 28090
(octubre 2003) regula el cierre de las minas mediante un plan con garantías
ambientales, y la ley 28271 (julio 2004) regula los pasivos ambientales de la
actividad minera disponiendo (desde hace 11 años) que el MEM identifique los
responsables de su abandono (o el Estado se responsabiliza por su remediación),
sin embargo, ni se identifica a los responsables, ni se remedian los pasivos
adecuadamente, agravándose esta problemática.
Bajo este
panorama, es muy peligroso el incremento de pasivos ambientales mineros que
actualmente afecta a 21 de las 25 regiones (principalmente Áncash, Cajamarca,
Huancavelica, Puno, Junín, Pasco y Lima), además daña una gran mayoría (42) de
las 60 cuencas hidrográficas con actividad minera del país.
Por su gran
efecto contaminante de la salud y el ambiente es prioritaria la identificación
total de los pasivos, la evaluación y estimación de nivel de riesgos, estudio
ambiental (solo 10% lo tiene), identificación de los responsables, y su
prioritaria remediación en bocaminas, relaves, tajos, taludes, canales,
recuperación del suelo y revegetación.
Artículo de Alfredo
Palacios Dongo publicado en el diario EXPRESO, fecha 28 de febrero de 2015