Tres trágicos
accidentes en carreteras ocurrieron los últimos días, el pasado día 23 en el
kilómetro 318 de la Panamericana Norte (Huarmey) impactaron 3 vehículos pesados
dejando 37 muertos y 60 heridos, el día 30 en el kilómetro 148 (carretera
Nasca-Puquio) un despiste y volcadura de un bus ocasionó 19 muertos y 36
heridos, y el día 31 un bus se volcó en Urubamba, Cusco, causando 27 heridos. Esta
situación nos obliga a reflexionar sobre los motivos de estos accidentes donde la
informalidad es una de las principales causas de la mayoría de los 1,000
accidentes anuales producidos en carreteras por camiones, buses y unidades tipo
combi. Según Who Traffic Deaths, en el Perú se producen por accidentes
terrestres 16 muertes por cada 100 mil habitantes.
En el
transporte terrestre de pasajeros y carga hay 100 mil camiones de carga pesada
y 9 mil buses interprovinciales, y según el Consejo Nacional de Transporte
Terrestre (CNTT) operan informalmente 50% del transporte de pasajeros y 80% de
transporte de carga. Además, es impresionante la cantidad de dinero que mueve
anualmente el transporte informal: S/. 2,800 millones el interprovincial, y S/.
800 millones el de pasajeros.
La informalidad
en las carreteras es alarmante, 80% de choferes no están en planilla recibiendo
bajísimos sueldos, la rotación de horarios es desordenada, no cubren el
descanso reglamentario cada 4 horas ocasionando somnolencia y cansancio (40%
duerme menos de 6 horas diarias y 80% maneja más de 5 horas ininterrumpidas),
los paraderos informales son causa de la mayoría de asaltos y han proliferado unidades
tipo combi para servicio interprovincial de turismo las que sin ningún control
incrementan la informalidad.
Según la
consultora Decidatt hay muchas empresas que empiezan con flotas muy reducidas
(2 a 4 vehículos de más de 15 años de antigüedad) y no cumplen los requisitos
del Ministerio de Transportes y Comunicaciones pero logran registrarse en la
Comisión de Eliminación de Barreras Burocráticas de Indecopi.
Bajo este
panorama la informalidad en el sector transporte, y en general en el país, está
ampliamente generalizada, es producto de la combinación de falta de control y
supervisión de reglas y normas, complejo marco normativo que agobia a empresas
formales, sistema de impuestos y regulación mal diseñados, malos servicios
públicos, políticas sociales mal orientadas, falta de empleo, y deficiente
educación y desarrollo de capacidades.
Artículo de Alfredo
Palacios Dongo publicado en el diario EXPRESO, fecha 4 de abril de 2015