El pasado día 13 la
Comisión Económica para América Latina (CEPAL) y la Organización Internacional
del Trabajo (OIT) presentaron en conjunto su informe sobre la coyuntura laboral
de América Latina y el Caribe titulado “Protección social universal en mercados
laborales con informalidad” de cuyo análisis se desprende información muy
importante sobre la situación laboral en nuestro país.
El enfriamiento de
nuestro crecimiento económico ha afectado la generación de empleo asalariado,
ocasionando un aumento de 35% de trabajo independiente, y conjuntamente con el
trabajo doméstico y familiar y la menor demanda laboral empresarial generan el
64% que registra nuestra informalidad laboral. El porcentaje de trabajadores
sin contrato permanente está por encima del 75%, lo cual afecta notoriamente al
empleo juvenil (18 a 24 años) donde el 80% de ocupados no se encuentra cubierto
por un sistema previsional y 50% laboran sin contrato.
De los 16 países
evaluados estamos entre los 5 últimos con menor porcentaje de trabajadores
asalariados (54.5%) respecto al total de ocupados, y las tasas de crecimiento
de empleo registrado (en empresas formales grandes, medianas y pequeñas) ha ido
decreciendo desde 2011 (5.3%), a 2012 (3.9%), a 2013 (2.9%) y a 2014 (1.8%).
Mostramos la mayor tasa de subempleo horario urbano, y el salario medio real
del empleo formal disminuyó de 3.3% el 2013 a 2.7% el 2014.
Respecto a la
protección social, de 16 países evaluados, somos los penúltimos con 58.5% en
porcentaje de trabajadores que cuenta con seguridad social. Dada la relación
que existe entre protección social y empleo, presentamos exclusiones en la
calidad del empleo, desempleo y participación laboral.
Bajo este panorama,
mostramos una bajísima calidad laboral en la región. Debemos generar
políticas, estrategias y consensos necesarios para crear más y mejores empleos
productivos y de calidad que respondan las demandas de la población, lo cual
representa la mejor herramienta para combatir la pobreza y promover el
desarrollo sostenible.
También mejorar
nuestro proceso de formalización laboral, y asimismo, aumentar la
disponibilidad de recursos mediante una mayor carga tributaria para cubrir
mayor protección social y necesidades esenciales (salud, educación, cuidados de
la niñez y empleo), la cual en nuestro país es bajísima (16.6% del PBI) y se
prevé que para el 2016 caerá a 15%, contrariamente, Argentina, Brasil y Uruguay
superan el 25% y el promedio de los países europeos bordea el 40%.
Artículo de Alfredo
Palacios Dongo publicado en el diario EXPRESO, fecha 23 de mayo de 2015