La Organización
para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) con sede en Paris, fue
fundada en 1961 para promover el progreso en democracia de sus 34 países
miembros que en conjunto producen 67% de bienes y servicios del mundo y
representan 70% de la economía global (entre ellos: Austria, Bélgica,
Dinamarca, Francia, Alemania, Israel, Italia, Japón, Corea, España, Suecia,
Suiza, EE UU). De América Latina solo la integran México (desde 1994) y Chile (desde
2010), además, Colombia y Costa Rica están en proceso de adhesión. Nuestro país
aspira ingresar el 2021, año del bicentenario.
La OCDE nos
incluyó en diciembre 2014 en un “Programa País” (por 2 años) para apoyarnos en
diseñar reformas y fortalecer el marco institucional y políticas públicas, y en
octubre 2015 recibimos su primer Estudio Multidimensional que diagnostica
nuestras restricciones y barreras al crecimiento y desarrollo en educación y
habilidades, mercado laboral, innovación, infraestructura de transporte y
logística, gobernanza e instituciones, las que repercuten en nuestros niveles
de productividad, desigualdades e informalidad laboral, requiriéndose
diversificar la economía y mejorar la educación, capacidad sanitaria, logística
e infraestructura y regular el mercado de trabajo, para ello, debemos ampliar
la base impositiva, mejorar el sistema tributario y fortalecer la
institucionalidad y confianza del Estado.
Según el Centro
de Planeamiento Estratégico (Ceplan), para alcanzar las economías menos ricas
de OCDE debemos superar 16 brechas en institucionalidad y servicios, entre
ellas, estabilidad política, corrupción, exportaciones, PBI per cápita, servicios
básicos, infraestructura portuaria. Y para el Banco Interamericano de
Desarrollo (BID) nuestras mayores brechas con OCDE se registran (entre -39% y
-31%) en innovación, preparación tecnológica, infraestructura, instituciones, y
(entre -21% y -15%) en educación superior y básica, salud y desarrollo humano.
Bajo este
panorama, para intentar ingresar a la OCDE en 5 años vamos por un camino muy
dificultoso porque nuestras brechas respecto al promedio de sus países miembros
son inmensas, nuestro PBI per cápita (US$ 6,300) no llega ni a la tercera parte
de su promedio, necesitaríamos crecer 7% por muchos años para alcanzar el
quintil inferior OCDE, además, mostramos serias deficiencias en estructura
política, administrativa, logística y tributaria que no podrán resolverse en
corto plazo.
Ahora que se
avecina un nuevo gobierno requerimos de reformas integrales y mejora sustancial
en calidad de políticas públicas para intentar superar dichas brechas que no
logramos reducir adecuadamente desde hace décadas.
Artículo de Alfredo
Palacios Dongo publicado en el diario EXPRESO, fecha 6 de febrero de 2016