En la madrugada
del pasado día 9, víspera de elecciones, en el Vraem, distrito Santo Domingo de
Acobamba, Junín, se produjo una criminal emboscada perpetrada por remanentes
terroristas de Sendero Luminoso contra una patrulla de 17 militares y 3 civiles
que se trasladaban en 6 vehículos del Ejército peruano, causando la muerte de 8
militares y 2 civiles. Dicha patrulla perteneciente al batallón
contraterrorista N° 311 (31° brigada de infantería del componente terrestre del
Comando Especial del Vraem) fue asignada para trasladar material electoral al
centro poblado de Matichacra (provincia de Huancayo) y brindar seguridad en
locales de votación.
Esta zona de Acobamba
es vinculada al narcotráfico como corredor de droga y flujo de terroristas, y,
según informes de la policía, es el mando terrorista “Pucañahui” o “Julio”,
integrante del grupo de los hermanos Quispe Palomino, quien brinda resguardo a
los narcotraficantes. Entre 2007-2010 se produjeron en los alrededores 8
ataques terroristas, el peor en 2009 contra un helicóptero MI-17 de la Fuerza
Aérea siendo atacado con ráfagas de ametralladoras ocasionando su caída a
tierra y falleciendo 2 oficiales y 1 técnico, quedando 8 heridos.
Resultan
indignantes las irresponsables declaraciones de Jaime Antezana Rivera
(autodenominado experto en temas de narcotráfico y terrorismo) sobre la
emboscada terrorista del pasado día 9: “es el ataque del clan de la droga de
los hermanos Quispe Palomino que se disputa con los militares el control de los
cupos de la droga”, por estas condenables declaraciones el Ministro de Defensa
ha anunciado que, en defensa de nuestras FF AA, tomará las acciones legales
correspondientes.
Los miembros
de las FF AA seguirán luchando con la moral alta, con
patriotismo y sacrificio, enfrentando esta desigual lucha contra terroristas
que conocen hace décadas esta abrupta y extensa zona del Vraem y que cuentan
con ingente cantidad de recursos, logística, y armamento moderno y sofisticado.
Sin
embargo, esta criminal emboscada obliga al gobierno a incrementar la presencia
del Estado en dicha zona y mejorar la situación social y condiciones de vida, además,
asegurar mayores recursos económicos para equipamiento y armamento (aviones no tripulados y detectores de minas de alta
precisión), comunicaciones,
transporte y mejorar el bienestar del personal designado, y, al Comando
Especial del Vraem, a incrementar las acciones de inteligencia estratégica y
reforzar las medidas de seguridad y protección durante los desplazamientos de
las patrullas.
Artículo
de Alfredo Palacios Dongo publicado en el diario EXPRESO, fecha 16 de abril de
2016