Artículos de opinión de Alfredo Palacios Dongo

COBARDE EMBOSCADA TERRORISTA

En la madrugada del pasado día 9, víspera de elecciones, en el Vraem, distrito Santo Domingo de Acobamba, Junín, se produjo una criminal emboscada perpetrada por remanentes terroristas de Sendero Luminoso contra una patrulla de 17 militares y 3 civiles que se trasladaban en 6 vehículos del Ejército peruano, causando la muerte de 8 militares y 2 civiles. Dicha patrulla perteneciente al batallón contraterrorista N° 311 (31° brigada de infantería del componente terrestre del Comando Especial del Vraem) fue asignada para trasladar material electoral al centro poblado de Matichacra (provincia de Huancayo) y brindar seguridad en locales de votación.

Esta zona de Acobamba es vinculada al narcotráfico como corredor de droga y flujo de terroristas, y, según informes de la policía, es el mando terrorista “Pucañahui” o “Julio”, integrante del grupo de los hermanos Quispe Palomino, quien brinda resguardo a los narcotraficantes. Entre 2007-2010 se produjeron en los alrededores 8 ataques terroristas, el peor en 2009 contra un helicóptero MI-17 de la Fuerza Aérea siendo atacado con ráfagas de ametralladoras ocasionando su caída a tierra y falleciendo 2 oficiales y 1 técnico, quedando 8 heridos.  

Resultan indignantes las irresponsables declaraciones de Jaime Antezana Rivera (autodenominado experto en temas de narcotráfico y terrorismo) sobre la emboscada terrorista del pasado día 9: “es el ataque del clan de la droga de los hermanos Quispe Palomino que se disputa con los militares el control de los cupos de la droga”, por estas condenables declaraciones el Ministro de Defensa ha anunciado que, en defensa de nuestras FF AA, tomará las acciones legales correspondientes.

Los miembros de las FF AA seguirán luchando con la moral alta, con patriotismo y sacrificio, enfrentando esta desigual lucha contra terroristas que conocen hace décadas esta abrupta y extensa zona del Vraem y que cuentan con ingente cantidad de recursos, logística, y armamento moderno y sofisticado.

Sin embargo, esta criminal emboscada obliga al gobierno a incrementar la presencia del Estado en dicha zona y mejorar la situación social y condiciones de vida, además, asegurar mayores recursos económicos para equipamiento y armamento (aviones no tripulados y detectores de minas de alta precisión), comunicaciones, transporte y mejorar el bienestar del personal designado, y, al Comando Especial del Vraem, a incrementar las acciones de inteligencia estratégica y reforzar las medidas de seguridad y protección durante los desplazamientos de las patrullas.

Artículo de Alfredo Palacios Dongo publicado en el diario EXPRESO, fecha 16 de abril de 2016 

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