En febrero
pasado la Autoridad Nacional del Agua (ANA) presentó la Estrategia Nacional
para Mejoramiento de Calidad de Recursos Hídricos incluyendo información sobre
el monitoreo (hasta finales del 2015) de 125 cuencas (unidades hidrográficas)
que representan el 84% de las 159 que existen a nivel nacional. Según la
responsable del Área de Gestión Operativa de la Calidad de Recursos Hídricos de
este organismo, Paola Chinen, más de 100 ríos monitoreados en dichas cuencas
presentan contaminación con altos niveles de Coliformes termotolerantes
(fecales) y metales pesados (plomo, arsénico, cadmio). Pero además la mayoría
de ríos están afectados por aguas residuales (solo 48% reciben tratamiento), minería
ilegal (materiales contaminantes), pasivos ambientales mineros (8,000),
hidrocarburíferos (derrames) y agrícolas (residuales de agroquímicos).
Entre los ríos
más afectados por vertimiento de aguas residuales sin tratar (domésticas,
industriales, agroindustriales, mineras), y residuos sólidos, figuran el Rímac (sus
127 km afectados), Huallaga, Ucayali, Amazonas, Mantaro, Madre de Dios, Chili,
Santa, Piura y LLaucano. En Puno, presentan gran contaminación la cuenca del
río Coata, Llallimayo, Chapacalpa y Pataqueña. Los ríos más afectados por la
minería ilegal se encuentran en Madre de Dios (Madre de Dios, Huepetuhe, Las
Piedras, Tambopata, Malinowski), en Ucayali (Abujao) y en Puno (Ramis). En la
Costa presentan alto grado de contaminación, además del Rímac, Puyango, Chira,
Chipillico, Moche, Parcoy, Santa, Aija, Cañete, Pisco, Locumba, entre otros.
El Anuario de
Estadísticas Ambientales 2015 del Instituto Nacional de Estadística e
Informática (INEI) incluye el informe ambiental de la ANA, resaltando sobre la
mala calidad del agua en nuestro país por una descarga anual de 960.5 millones
de m3 de desagüe sobre el agua superficial, subterránea y marina, de los cuales
64% provienen de desagües domésticos, y el resto de efluentes mineros,
industriales, pesqueros, agrícolas y petroleros.
Bajo este
panorama, a pesar de una vasta normatividad sobre conservación, gestión,
aprovechamiento y recuperación de recursos hídricos (ley 29338 y su reglamento,
política y estrategia nacional, plan nacional, estrategia nacional para el
mejoramiento de su calidad, etc.) continúa incrementándose la contaminación en
los ríos por falta de gestión, financiación, calidad técnica, políticas
públicas deficientes, sensibilización pública, entre otras razones, causando
efectos negativos al medio ambiente, fauna y flora acuática, salud poblacional
y ecosistema circundante. Y a pesar de la gravedad de este problema ningún
candidato a la presidencia ni siquiera lo ha mencionado.
Artículo de Alfredo
Palacios Dongo publicado en el diario EXPRESO, fecha 2 de abril de 2016