El
nuevo gobierno elegido debe mejorar la crítica situación laboral juvenil porque
se trata de uno de los grupos sociales más vulnerables y es un sector
postergado y relegado de las prioridades de agendas públicas, y además, porque
se está desaprovechado un valioso potencial de capital humano para mejorar la
productividad nacional y favorecer el crecimiento económico.
La
informalidad laboral juvenil se agudiza en nuestro país, según la Organización
Internacional del Trabajo (OIT) llega al 82.3%, una de las 4 más altas de la
región (junto a Guatemala, Honduras y Paraguay) afectando a 8 de cada 10
peruanos (más de un millón de jóvenes de entre 14 a 25 años), y en las
microempresas sobrepasa el 90%, pero también sucede en las empresas formales
donde el 72% de los jóvenes lo hacen en malas condiciones, con bajos ingresos,
inestabilidad laboral, desprotección y sin derechos sociales ni laborales.
Una
preocupante informe del Instituto de Economía y Desarrollo empresarial (IEDEP)
de la Cámara del Comercio de Lima (CCL) presentado el 31 de mayo pasado da
cuenta de una dramática realidad, la existencia de más de un millón de jóvenes
peruanos que no estudian ni trabajan, condición conocida como “ninis” que un su
mayoría provienen de hogares pobres o vulnerables. Solo entre 2014 y 2015 han
pasado a esta situación más de 40 mil jóvenes de 15 a 24 años sumando el 2015
un millón 30 mil equivalente a 19.9% de los jóvenes peruanos y constituye un
grupo de riesgo social que merece atención pues están propensos a caer en
drogadicción, delincuencia, pandillaje, entre otros. El Banco Mundial ha
advertido que este grupo puede tener consecuencias negativas duraderas sobre la
productividad al reducir sueldos y oportunidades laborales, perjudicando el
crecimiento económico.
En
situaciones de desaceleración económica, como la ocurrida durante el actual
gobierno, se debilita el mercado interno perjudicando principalmente a los
jóvenes, porque se agudiza la falta de empleo, o los que lo tienen en gran
porcentaje pasan a ser subempleados, siendo los más afectados los subempleados
por ingreso. Debe ser prioritario para la nueva gestión presidencial promover
adecuadas políticas para la generación de empleo juvenil, incrementar
inversiones para planes sectoriales, incentivar a la empresa privada para
otorgación de trabajo juvenil, fomentar la formalización y la formación y
orientación a los jóvenes para cubrir adecuadamente nuestra demanda
laboral.
Artículo de Alfredo
Palacios Dongo publicado en el diario EXPRESO, fecha 11 de junio de 2016