Hace 9 meses fue
declarado el Callao en Estado de Emergencia (DS 083-2015-PCM fecha 4 diciembre)
como medida preventiva para proteger la ciudadanía por probables
enfrentamientos de bandas del crimen organizado, pero además, para reforzar en
el terminal portuario los efectivos de investigación criminal (Dirincri) e
investigación antidrogas (Dirandro) por la gran cantidad de salida de droga. El
pasado día 27 fue ampliado por sexta vez (DS 066-2016-PCM) a pesar que el
ministro del Interior, Carlos Basombrío, anunció anteriormente la decisión
preliminar de levantarlo. Según la Región Policial del Callao, en sus 9 meses
de vigencia han sido capturados 5,000 sospechosos y requisitoriados, sin
embargo, no se ha detenido la violencia ni actos ilícitos ni robos,
registrándose en este período alrededor de 60 asesinatos, además hay reclamos
de otros alcaldes por la migración y aumento de delincuencia en distritos
aledaños.
Pero el
principal problema del Callao es la salida de droga por el puerto (hilo
conductor del crimen organizado, corrupción, lavado de activos, extorsión,
violencia, delincuencia) la cual no se ha reducido y continúa siendo el lugar preferido
por mafias extranjeras y nacionales para exportar gran parte de droga producida.
De 320 TM de cocaína producidas anualmente 120 TM estarían saliendo por este
puerto pero muy poco se detecta y decomisa en aforos aleatorios o sospechosos, el
2015 solo se decomisó 0.7 TM (0.38%) en un impresionante movimiento de
contenedores que según la Secretaría General de la Comunidad Andina, dicho año se
movilizaron 1’910,000 (5,300 diarios), de los cuales, para la Organización
Mundial de Aduanas (OMA) se revisa menos del 2% (alrededor de 100).
Bajo este
panorama, es prioritaria la reducción de drogas que sale por el puerto del
Callao. Según el reporte del Departamento de Estado de EE UU (INCSR-marzo-2015)
somos el primer productor mundial de cocaína y segundo en cultivo de coca por
lo que aumentan las mafias de narcotraficantes mexicanos y colombianos. Por la
capacidad de almacenaje de contenedores (11 almacenes, 4 zonas y 5 patios) y su
gran movimiento se requiere redoblar el sistema de seguridad con mayores
capacidades humanas (inteligencia, policías, aduanas, fiscalía) y materiales,
logística y tecnología (escáneres móviles, equipos de control, inviolabilidad
de sellos de seguridad) para la aplicación de controles más estrictos al
personal de trabajadores portuarios, así como en la detección de droga sembrada
(preñada) en almacenes y contenedores.
Artículo de Alfredo
Palacios Dongo publicado en el diario EXPRESO, fecha 3 de setiembre de 2016