Nuestra
agenda de hidrocarburos está totalmente cubierta por el Gasoducto Sur Peruano,
y no es para menos pues la empresa Odebrecht, a cargo de su construcción,
ingresó en una vorágine de corrupción al entregar coimas a funcionarios
peruanos por US$ 29 millones poniendo en riesgo las bases de nuestro sistema
político y económico. Sin embargo, esta circunstancia nos hace olvidar la grave
situación del Oleoducto Nor Peruano ONP (construido hace 43 años con 1,106 km
de tuberías para transportar petróleo desde Loreto, cruzando los Andes, hasta
la Refinería de Talara en Bayóvar, Piura), cuyas operaciones se encuentran
paralizadas hace 11 meses (desde el 24 febrero 2016) debido a las continuas
roturas de tubos produciendo 60 derrames en los últimos 15 años, pero solo en
2016 fueron 13 que vertieron unos 6,000 barriles de petróleo en la selva de
Loreto y Amazonas produciendo emergencias ambientales en ríos y comunidades.
La
inoperatividad del ONP paralizó la producción del lote 192, en Andoas, Loreto,
operado por Pacific Exploration & Production (empresa canadiense con
contrato hasta agosto 2017) que producía unos 9,000 barriles diarios (bpd), la
cuarta parte del total nacional, lo cual afecta notoriamente las regalías y el
pago del canon a Loreto, también inmovilizó la producción del lote 67 operado
por Perenco (2,000 bpd). Nuestra producción petrolera que hace 30 años
registraba 150,000 bpd, en 2015 se redujo hasta 58,000 bpd, cayendo a 36,800
bpd por la paralización del oleoducto.
Bajo
este panorama, en Petroperú han pasado 4 presidentes en menos de 3 años, en
noviembre pasado la empresa se declaró en emergencia y en diciembre el gobierno
dispuso su reorganización, pero otorgándole facultades para invertir en el
oleoducto (mantenimiento sostenibilidad y mejoras en infraestructura)
incluyendo un plan de desarrollo social para las comunidades.
Pero
lo real es que en las últimas 2 décadas el ONP no ha tenido un correcto
mantenimiento y cumplirá el próximo mes un año paralizado (en Bayóvar se compra
petróleo a Ecuador) y Petroperú recién está solicitando una auditoría
internacional, además, el Congreso investigará (en 120 días, hasta el 24 de
abril próximo) los derrames, sus impactos ambientales y sociales, y por su
parte, el presidente Kuczynski afirmó que “Petroperú tiene una crisis tremenda”
y que “se tiene que rehacer el oleoducto desde el principio hasta el final”, lo
cual podría catalogarse como un irreal pronunciamiento.
Artículo de Alfredo
Palacios Dongo publicado en el diario EXPRESO, fecha 28 de enero de 2017