El
pasado día 17 grupos integrantes del Movimiento por Amnistía y Derechos
Fundamentales (Movadef) marcharon por calles de Lima mostrando pancartas con fotografías
de Abimael Guzmán y otros miembros de la cúpula terrorista de SL. Manuel
Fajardo, fundador, representante del movimiento y abogado del cabecilla
terrorista Abimael Guzmán dirigió la marcha manifestando que los miembros de
Sendero Luminoso (SL) condenados por terrorismo eran presos políticos; el día
20 el procurador en delitos de terrorismo, Milko Ruiz, denunció a Fajardo por
el delito de apología del terrorismo, sin embargo, el Movadef desde que fue
fundado en noviembre 2009 (para pretender participar en la vida política
nacional usando los procesos electorales) viene cometiendo reiteradas acciones
de apología como órgano de fachada de SL
.
Los
dirigentes y seguidores del Movadef no condenan las acciones terroristas de los
años 80 y 90, sino por el contrario, la justifican aseverando que por causas
políticas, económicas y sociales “el pueblo se levantó en armas”. En diciembre
2009 este movimiento presentó el libro del cabecilla terrorista Abimael Guzmán
“De puño y Letra” que incluye abierta apología del terrorismo y reafirma la
condición totalitaria y extremista de SL. Pero la mayor afrenta a la democracia
y apología la hizo Fajardo el 27 octubre 2015 nada menos que como “invitado de
honor” en el Congreso de la República (durante un homenaje al político Carlos
Malpica) donde manifestó que los militantes del Movadef son “perseguidos
políticos”, posteriormente, el 19 junio 2016 unos 200 seguidores marcharon por
calles de Comas llevando carteles con fotos de terroristas encarcelados
(repartiendo además propaganda senderista) dirigiéndose a rendir culto a sus
muertos en un mausoleo construido por ellos sin autorización hace 2 años y que
aún no es demolido.
Bajo
este panorama, la descarada apología del terrorismo que promueve el Movadef
cruza los límites permisibles del Estado de derecho, sus dirigentes y
seguidores han utilizado todas las formas posibles (propaganda, alabanza,
exaltación, lenguaje sublimal, lenguaje violento e intolerante, legitimación de
acciones terroristas, etc.), y a pesar que desde hace 25 años la ley 25744 (5
mayo 1992) y posteriormente el DL 924 (19 febrero 2003) establecen penas de
entre 6 y 15 años para este delito, hasta la fecha no ha sido aplicada.
Esperamos que la denuncia del procurador Milko Ruiz del pasado día 20 contra el
dirigente del Movadef, Manuel Fajardo, sea la primera que se concrete.
Artículo de Alfredo
Palacios Dongo publicado en el diario ESPRESO, fecha 29 de abril de 2017